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La cuestión que todo esto plantea es si Internet ha provocado la proliferación de pederastas o si gracias a Internet salen a la luz los pederastas que ya existían. Lo que está claro es que la popularización de la Red ha potenciado el negocio de la pornografía infantil, que es ilegal en la mayoría de los países porque -cada foto- refleja la existencia de un niño, en alguna parte del mundo, del que se ha abusado. Terry Jones, inspector de policía de Manchester, ha reflejado este crecimiento al señalar que en 1995 localizaron 12 imágenes de pornografía infantil, 41.000 en 1999 y ahora son tantas que ya han dejado de contar. Analizando las estadísticas criminales, anteriores a la introducción de Internet en los hogares, se llega a la conclusión de que siempre ha habido muchos pederastas y que tal vez la única diferencia es que ahora los detienen más. La Asociación de Mujeres Violadas de Madrid en su estadística 1990-1991 señalaba que el 37 por ciento de las mujeres violadas tenían menos de 18 años. El 12 por ciento tenían menos de 12 años y 25 por ciento entre 13 y 18 años. Todo ello parece indicar que Internet lo único que ha hecho ha sido sacar a la luz a los pederastas que hasta ahora permanecían ocultos entre los profesores de colegio, monitores de campamento, entrenadores deportivos, religiosos, padres de familia... y cualquier otra profesión que les permitiera el contacto constante con menores sin levantar sospechas. (Muchos pederastas se deciden a trabajar en organizaciones religiosas porque amparan y respaldan a sus miembros).
Estafas tecnológicas Esther. El uso de cualquier tipo de tecnología que implique una transacción económica, por pequeña que sea, puede convertirnos en víctimas de una estafa. Pagar con tarjeta de crédito se ha convertido en un rasgo de valentía y sacar dinero de un cajero, descolgar un teléfono o navegar por Internet, en una auténtica temeridad. Los delincuentes de la Europa del Este son los ases indiscutibles de un negocio ilegal que mueve millones de euros, y que subsidiariamente reporta pingües beneficios legales a las compañías telefónicas. Con esto de la tecnología delictiva pasa como con las redes de pederastas, que cada día se bate un nuevo récord y cada día se detiene a una nueva banda que supera en número o beneficios a las anteriores. Entre las estafas tecnológicas más relevantes de los últimos meses destacan las siguientes: La banca "on line" La Guardia Civil detuvo en mayo a seis miembros de una banda internacional de delincuentes acusados de cometer un fraude superior a 500.000 euros a través de la banca "on line". Los detenidos son tres rusos, dos estonios y un dominicano. La banda tenía delegaciones en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Rusia y Gran Bretaña. El jefe de la delegación española era un ruso que vivía en Barcelona y utilizaba la identidad de un irlandés fallecido, que había sido gerente de una empresa de informática. Web engañosa El sistema supuestamente utilizado por la banda es muy sencillo y efectivo. Consiste en crear una página Web con un nombre que pueda confundir a los clientes. Primero compran un dominio del tipo "www.cuentascorrientes.com" o "www.transferencias.com" y después crean una página web, exactamente igual a la de la entidad bancaria, en la que se incluye el nombre del banco (por ejemplo, "www.cuentascorrientes.com/bancoX"). A continuación envían correos electrónicos indiscriminados que informan a los internautas que deben revisar el estado de sus cuentas por algún motivo y en los que incluyen un enlace con la web que han creado. A los clientes que entran en el enlace se les pide su nombre de usuario y contraseña . Entonces, se encuentran con un mensaje que les indica que lo intenten más tarde o cualquier otra excusa, por lo que el cliente no se suele percatar de que acaba de revelar sus datos secretos a una organización criminal que intentará transferir sus ahorros a otra cuenta. Según la Guardia Civil, los detenidos enviaban el dinero a distintas cuentas corrientes, cuyos titulares cobraban una comisión. Al final el dinero iba a parar a la cuenta del jefe de la banda (en Barcelona), que lo enviaba a la cúpula de la organización en Rusia. La red contaba supuestamente con más de 120 cuentas corrientes activas en España. Se cree que algunas fueron abiertas con documentación falsa a nombre de personas que habían enviado su currículum a falsas ofertas de trabajo publicadas en la prensa. Piratas informáticos Al margen de las artimañas para conseguir que el propio usuario facilite los códigos de acceso a sus cuentas, los piratas informáticos se pueden hacer con ellos sin necesidad de contar con nuestra participación. En Taiwán se ha descubierto en junio que una red de piratas informáticos chinos y taiwaneses robaron datos de más de 45 millones de cuentas bancarias y 100.000 números secretos de acceso a cuentas por Internet. Los estafadores introducían virus troyanos modificados en los sistemas informáticos de los bancos para obtener la información. Después hacían transferencias a cuentas taiwanesas y retiraban el dinero en cajeros automáticos de China. El premio del 807 La policía ha desarticulado en Elche (Alicante, España) una red de presuntos delincuentes que estafaron a miles de personas mediante llamadas a un número telefónico de tarificación extra cara. Según los investigadores, los beneficios de la organización ascendían a unos 350.000 euros mensuales. Al parecer, el dinero lo recibían a través de un entramado empresarial que variaba continuamente y que gestionaba Adolfo R.M., un abogado de Elche. Según la policía, el modus operandi de la organización consistía en realizar llamadas al azar desde locutorios clandestinos. Informaban a los interlocutores que les había tocado un premio, pero que para conseguirlo debían llamar a un número 807 (de tarificación extra cara). Los premios más habituales eran un jamón, un lote de botellas de vino, aceite de oliva o seis meses de llamadas telefónicas gratuitas. La mayoría de los estafados llamaban sin darse cuenta de que se trataba de un número especial y, en cualquier caso, no recibieron nunca el premio. Sus llamadas a los 807 se desviaban a locutorios situados en Argentina y Brasil. Los telefonistas intentaban alargar al máximo las conversaciones, que en ocasiones llegaban al límite legal de 30 minutos, establecido para este tipo de líneas. Al parecer, la banda contaba con cuatrocientos número 807 contratados. Conexiones a Internet La Guardia Civil detuvo en junio a cinco personas en Villaviciosa de Odón (Madrid) acusadas de realizar una estafa en la Red que habría afectado a más de 45.000 usuarios, cuyas facturas telefónicas ascendieron a un total de 35 millones de euros. Se les acusa de haber desviado las conexiones telefónicas de los internautas a números de tarificación extra cara (906, 806, 803,...) cuyos beneficios repercutían en una empresa de su propiedad, que facturaba cerca de dos millones de euros al mes. Los detenidos crearon supuestamente más de 150 páginas web de música, viajes, coches, ocio y pornografía. Cuando los internautas accedían a estas páginas, se instalaba automáticamente en su ordenador un programa informático que modificaba la conexión del usuario a la red cada vez que se conectaba, según la Guardia Civil. En junio cuatro de los detenidos han quedado en libertad con cargos. La compra con tarjetas de crédito
La policía detuvo en mayo a una banda de rumanos que supuestamente realizaron numerosas estafas en toda España con tarjetas de crédito. Los presuntos dirigentes de la banda se reunían habitualmente con otros miembros del grupo en el hostal en el que residían en la calle Los Madrazo 10 de Madrid (enfrente de la Brigada de Policía de Extranjería, Los Madrazo 9). |
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