La compraventa de esclavos del siglo XXI
Tecnología punta para el hurto en tienda
Secuestro de cadáveres: cuando no existe Síndrome de Estocolmo
La invasión de Piratas del Asfalto



La compraventa de esclavos del siglo XXI


Esther. Canibalismo, esclavitud, eyaculaciones en la cara de menores,... Los juristas van a tener que empezar a actualizar el Código Penal con los nuevos y viejos delitos que se están poniendo de moda últimamente.
Algunos no han visto nunca Kunta Kinte
En enero, la Guardia Civil detuvo a dos rumanos en Simat de la Valldigna (Valencia, España) por la compraventa de una niña de 15 años como esclava. La operación comercial se gestó en Rumanía. El padre se la vendió supuestamente a un compatriota por un televisor y 500 dólares USA (unos 400 euros). El comprador la trajo a Simat, donde reside con su mujer y sus dos hijas. La niña no podía salir de casa y tenía que hacer las tareas domésticas y cuidar de las dos hijas del matrimonio.
Pasado un tiempo, el padre de la menor se trasladó a vivir a Sevilla y, al parecer, el pasado 19 de enero fue a casa del comprador con la intención de recuperar a su hija, porque le habían pagado el dinero acordado, pero no le había entregado el televisor. Pero el comprador se negó a devolverle a la niña, y el padre lo denunció a la Guardia Civil por secuestro. Los agentes descubrieron la repugnante historia, y la menor ha sido internada en un centro de acogida de la Generalitat Valenciana. Los dos hombres han quedado en libertad provisional a la espera de juicio; el padre está acusado de tráfico de seres humanos y negligencia en la custodia de su hija y el comprador, de detención ilegal y coacciones.

La esclavitud se extiende por Europa
Y no es un caso aislado. En Gran Bretaña, por ejemplo, se han detectado en los últimos años numerosos casos de niños esclavizados dentro de su territorio. Normalmente, las operaciones de compraventa se realizan en los países de origen de los menores. El comprador suele introducir a los niños ilegalmente en el país, alegando ser su padre, y a los menores se les obliga, generalmente, a trabajar como criados y/o esclavos sexuales.
El primer caso británico se reconoció oficialmente en 1995. Victoria Climbié falleció malnutrida, tras meses de estar sometida a abusos físicos por parte de su tía abuela que ejercía de 'ama'. A algunos también se les tortura, como es el caso de un niño de once años de Bangladesh que residía en Londres. Sus 'propietarios' le pegaban, le daban baños fríos, descargas eléctricas y le dejaban atado a una silla. En septiembre de 2003 tuvo que ingresar en el hospital por los golpes infligidos con una tabla de cocina, y se descubrió la historia.
De momento, se han registrado más de 250 casos de tráfico de niños en el Reino Unido. Según el informe 2004 de Unicef sobre el estado mundial de la infancia, más de un millón de niños son víctimas de la trata de seres humanos en el mundo.
Por otro lado en Galicia (España), el gobierno autonómico ha detectado la existencia de subastas organizadas por prostíbulos para la compraventa de lotes de mujeres inmigrantes. Las mafias utilizan este sistema para evitar que las mujeres permanezcan demasiado tiempo en un mismo sitio y puedan llegar a intimar con un cliente que las ayude a escapar, según la Xunta. La consellería de Familia ha detectado recientemente la llegada de jóvenes nigerianas que son compradas a sus familias en su país de origen por las mafias, para obligarlas a prostituirse en esta comunidad autónoma.




Tecnología punta para el hurto en tienda

El papel de plata evita alarmas
Esther. Una nueva modalidad de robo se está extendiendo rápidamente por España entre los chorizos de centro comercial. Se trata de robar objetos sacándolos de las tiendas en bolsas herméticamente forradas con papel de aluminio, que evitan que suene la alarma antirrobo del comercio.
En enero, detuvieron en Valencia a un grupo de ocho rumanos, de entre 20 y 29 años, acusados de hurtar con este procedimiento prendas de ropa y relojes, valorados en 3.000 euros. Ciudadanos de distintas nacionalidades ya habían experimentado con este nuevo sistema de hurto en Madrid a finales de 2003.




     
  Cuando no existe el síndrome de Estocolmo
Roban un cadáver y piden rescate
 
 

Pampa. El auge de los secuestros en Argentina ya empieza a ser una marca registrada. Los hay exprés, son aquellos que duran pocas horas, virtuales, los que no existe el secuestrado y se sorprende a la familia, cómplices los que la víctima participa, el clásico y ahora el difunto.
Sí, como leyó el "difunto", fue el nuevo sistema de secuestro utilizado por un grupo de delincuentes.
El plan consistió en robar un cadáver del cementerio municipal de Gualeguay, provincia de Entre Ríos, Argentina, para exigir más tarde una elevada suma de dinero a su familia para devolverlo.
El caso se inició cuando una familia muy reconocida de Gualeguay, de apellido Campostrini, recibió un llamado extorsivo en el que le pidieron dinero para devolverle el cadáver de un familiar, que habían robado del cementerio municipal de esa ciudad situada a 250 kilómetros de Paraná, capital provincial.
La familia hasta ese momento no sabía nada de la desaparición del cuerpo, que fue confirmada por empleados del cementerio que advirtieron que en la parte vieja del predio había una lápida removida.
Cuando la familia fue a verificar el robo del cadáver descubrió que de la fosa familiar faltaba uno de los dos ataúdes que allí se encontraban, aunque no era el de Lorenzo Campostrini, como dijo el delincuente que llamó, sino el de su padre, Pablo, muerto años antes.
Tras la denuncia radicada ante la policía, y antes de que la familia pactara un acuerdo de dinero con las personas que robaron el cuerpo, la caja metálica que contenía los restos fue hallada por la policía enterrada en un baldío situado a pocas cuadras del cementerio.
Los ladrones, comentaron fuentes policiales, debieron contar con bastante tiempo para profanar la tumba y arrastrar la caja con el cuerpo hasta el lugar del hallazgo, donde la enterraron. Los investigadores ordenaron el traslado de los restos a la ciudad de Gualeguaychú, a 100 kilómetros de Gualeguay, para que sean sometidos a un estudio de ADN y determinar si efectivamente pertenecen a Pablo Campostrini, como se cree.
Cuando se conoció el hecho, vecinos y conocidos de la familia especularon que el robo del cuerpo podía estar ligado a un reclamo de filiación que involucraba a uno de los fallecidos, aunque tras el llamado telefónico realizado a la familia la pista se orientó a un delito con fines extorsivos.
Los secuestradores a pesar de no haber obtenido su objetivo pueden tener la seguridad de que dejaron a la familia Campostrini hecha cenizas.

 
     




La invasión de Piratas del Asfalto


Esther. El crimen también sufre los efectos de la globalización. En cuanto una nueva modalidad delictiva triunfa en un país se empieza a copiar en otros. Los autores suelen ser delincuentes que emigran o imitadores. Un ejemplo son las bandas de Piratas del Asfalto. Se trata de delincuentes que se dedican a asaltar a camioneros para robarles la carga. Los piratas mexicanos suelen perseguir a los camioneros hasta que se paran en un semáforo. Entonces, se suben, armados, a la cabina y se llevan el camión. Al camionero le tapan la cabeza y le dan unas vueltas en su vehículo hasta que lo dejan en un descampado. En enero, la policía mexicana desarticuló una de estas bandas.

Los secuestradores cortaorejas de Valencia
Aumenta el robo de camiones
Por otro lado, en febrero, la policía española detuvo en Valencia a seis hombres, de entre 24 y 71 años, acusados de secuestrar a camioneros y robarles la carga. La banda, formada por tres marroquíes, dos argelinos y un español, consiguió hacerse con un botín de 475.000 euros en tabaco, según fuentes policiales. Los presuntos delincuentes tenían un 'modus operandi' similar al de los piratas de México.
Pero parece ser que la banda española no sólo se dedicaba a los camioneros ya que también están acusados de amenazar y cortarle la oreja a un argelino que reside en Valencia. Se cree que alguien les dijo que la víctima tenía mucho dinero escondido en su casa, pero la información era errónea.

El camionero madrileño desaparecido
En enero, la aparición de un camión vacío, despeñado en un camino forestal intransitable de la localidad de Chelva (Valencia), hizo sospechar a la policía que se había producido un secuestro para robar la carga. Jesús Jiménez, conductor del camión, transportaba 20.000 litros de aceite de automoción desde Madrid a Zaragoza y Tarragona, y llevaba un mes desaparecido. Nunca llegó a su destino, y el camión apareció en una zona que estaba a 200 kilómetros de la ruta que debía seguir.
El cadáver de Jesús apareció bajo el camión cuando consiguieron levantarlo con una grúa. La autopsia reveló
que no existían lesiones ajenas al despeñamiento del vehículo. Al existir rastros de un reguero de aceite, que recorrería los 200 metros que había entre el camión y el río Turia, la policía cree que la muerte de Jesús fue un accidente y que los 20.000 litros de aceite se vertieron al río por una fisura de la cisterna.
A los familiares de la víctima no les convence esta teoría. Opinan que el accidente fue provocado por alguien que quería robar la carga porque Jesús había visto a una persona sospechosa merodeando cerca de su camión pocos días antes de emprender su viaje.
La versión policial deja algunas interrogantes por resolver: ¿qué hacía un camionero experimentado en una pista forestal de tierra, intransitable para un camión? ¿Por qué se desvió 200 kilómetros de la ruta que debía seguir? ¿Se pueden verter 20.000 litros de aceite de automoción en un río sin que nadie se dé cuenta?


 

 


 

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revista bimensual de crítica de crímenes
número 2- marzo 2004

 

 
próximo número 1 de mayo 2004
 
 
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