Atracador sin suerte, violador sin sesos

Juanma. Un argentino de 18 años, aspirante a delincuente, abordó a tres chicas una tarde de septiembre, en Buenos Aires, y las amenazó con un cuchillo para que le entregaran su dinero. Pero ellas no llevaban mucho y sólo consiguió quitarles dos pesos. Entonces el atracador, que iba montado en bicicleta, se llevó a una de las tres chicas a un descampado y allí la violó.
Se lleva a su víctima a comer pizza
No debió de parecerle suficiente, porque en lugar de dejarla libre, obligó a la chica a que lo acompañara a una pizzería. Tal vez tenía ganas de comida y conversación después del sexo. Por el camino, ella se quejó que le dolía una muela, y entonces él se dirigió a un quiosco donde le conocían (¡todo esto ocurría en el barrio donde él vivía!) y le compró analgésicos que le dieron fiados, porque ninguno de los dos tenía dinero (sólo dos pesos). Después fueron a la pizzería. Allí la chica se rebeló, pidió ayuda a gritos y el atracador-violador-secuestrador huyó en su bici. Pero la policía le detuvo a las pocas horas, porque los del quiosco dijeron quién era y dónde vivía. Incluso presentaron la anotación de la compra al fiado.
Como era de esperar, el sagaz criminal de la bicicleta estaba en su casa, como aguardando a que llegara la policía a detenerlo. También tenía allí el cuchillo de trabajo.
Se ve claramente que el chaval tiene por delante una carrera brillantísima... como hazmerreír de los sucesivos presidios a los que le va a llevar su manera de hacer las cosas. Sólo queda saber cómo pensaba pagar la pizza.




 

 


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