Aparcamientos gratuitos de pago
Falsificación de cartuchos de impresora



Aparcamientos gratuitos de pago


Esther.
Dicen que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades, pero no todas las iniciativas empresariales están bien vistas. Un mendigo norteamericano ideó un sistema muy efectivo para salir de la pobreza y le iba muy bien, hasta que surgieron problemas cuando empezó a publicitar su negocio.
Bruce Lee Thompson, de 57 años, se dedicó a cobrar cinco dólares USA a los conductores que dejaban sus vehículos en una zona de aparcamiento público y gratuito de Destin (Florida). La zona en cuestión está al lado de un centro comercial y un fin de semana festivo decidió mejorar el negocio con un cartel que decía: "Parking festivo". El dueño de una de las tiendas avisó a la policía, y un agente le obligó a cerrar el negocio. Pero, al parecer, una hora más tarde, Bruce Lee retomó su actividad comercial y acabó en comisaria. En mayo, le han impuesto una fianza de 2000 dólares y le pueden caer hasta cinco años de cárcel.
En España esta modalidad de estafa está muy extendida sobre todo en las zonas turísticas del sur, pero el sistema es un poco diferente. Lo importante aquí es parecer yonqui. Después hay que indicar al conductor donde hay un sitio libre para aparcar y ponerse delante de su puerta para cobrar. Casi todo el mundo paga porque existe la creencia popular de que a los yonquis les encanta pinchar ruedas y rayar los coches de los que no pagan el impuesto revolucionario del aparcamiento.
El negocio es ideal: libertad de horario, aire puro y grandes beneficios. La zona que rodea al hospital Clínico de Madrid, por ejemplo, (una de las pocas áreas del centro de la ciudad en las que se puede aparcar sin pagar al Ayuntamiento) está copada por unos cinco empresarios de la materia. Un grupo de trabajadores del hospital y amigos dedicaron 10 minutos de una mañana a contabilizar las ganancias de uno de los aparcadores. La cuenta salió a un euro por minuto y el empresario audaz ni siquiera se molestó en vandalizar ninguno de los coches de los pocos valientes que osaron no pagar. Lo único malo del negocio es que para entrar en un territorio copado seguramente hay que matar al predecesor o morir en el intento.





Falsificación de cartuchos de impresora

Esther. Por fin nos explicamos por qué nos llegan tantos e-mails de venta de cartuchos de impresora baratísimos. La policía federal argentina ha desarticulado una banda que se dedicaba supuestamente a falsificar cartuchos de Hewlett Packard que vendían en Europa y Estados Unidos. La banda era una auténtica multinacional, cuyo proceso de producción culminaba en Colombia y Bolivia con el etiquetado y la impresión de la supuesta garantía. Se calcula que los beneficios ascienden a seis millones de dólares USA.




 

 


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