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Nada
más que la cruda realidad
Por Thomas De Quincey
y unos amigos
Los hijos de De Quincey
cabalgan de nuevo. Tras siglos de silencio, el lector tiene por fin en
sus manos la primera revista de crítica profesional de crímenes, "tarea
que podía ser bastante fácil hace tres o cuatro siglos, cuando el arte
era poco comprendido y se conocían pocos modelos de altura; pero en esta
época, cuando se han realizado excelentes obras maestras por profesionales,
es evidente que el público buscará en el estilo de la crítica que se haga
de ellas una perfección en consonancia (...)
Todo en este mundo
tiene dos caras. El asesinato, por ejemplo, puede verse por su lado moral
(...) o puede verse desde el punto de vista estético, como lo llaman los
alemanes, es decir, en relación con el buen gusto (...) La gente empieza a
darse cuenta de que en la composición de un bello crimen intervienen algo
más que dos imbéciles, uno que mata y otro que es asesinado, un cuchillo,
una bolsa y una callejuela oscura. Un designio, señores, la agrupación de
las figuras, luz y sombra, poesía, sentimiento, se consideran ahora
indispensables para intentos de esta naturaleza".
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El escritor británico T. de Quincey
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Y para terminar con las
citas del maestro, "permitidme que diga una palabra o dos a ciertos pedantes
que se atreven a hablar de nuestra Sociedad (léase revista) como si en su
tendencia hubiera algo inmoral. ¡Inmoral! ¡Dios me bendiga, señores! ¿Qué
es lo que esa gente quiere dar a entender? Estoy y estaré siempre a favor
de la moral y de la virtud y de todo eso, y afirmo y afirmaré siempre (pase
lo que pase) que el asesinato es una forma de actuar impropia, altamente
inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene en un asesinato
tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios muy erróneos (...)
Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que
el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar
los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono
de sus deberes. Una vez empezada esta marcha cuesta abajo, no se sabe nunca
dónde hay que pararse. Muchos hombres han iniciado su ruina al cometer un
asesinato de un tipo u otro, que en ese momento creyeron que no tenía la
menor importancia".
Sólo nos queda advertir que, en esta publicación, el lector no
encontrará jamás otra cosa que el comentario de la cruda realidad. Convencidos
de que ésta supera con mucho a la imaginación más delirante, nunca nos atreveríamos
a inventar noticias. De hecho, la abundancia de material verídico nos abruma,
obligándonos a pasar por lo alto fechorías muy bien planteadas y realizadas,
que bien merecerían un comentario. Los lectores están en su derecho de llamarnos
la atención por dichas omisiones, y nosotros agradeceremos mucho la intervención,
procurando subsanar el fallo con la mayor prontitud.
Juanma
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Citas: Thomas de Quincey
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"Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes", 1827
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