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Más de ochenta años de cárcel para la Envenenadora de Melilla Esther. Paqui es un recuerdo del pasado. Una de esas asesinas tradicionales que envenena en solitario sin enredar a amantes ni a matones a sueldo en sus crímenes. Una asesina en serie autosuficiente cuya historia es similar a la de cualquier otra colega de siglos pasados, salvo por la circunstancia de que conoció a su amante por internet. La Envenenadora de Melilla era como casi todas su colegas un ama de casa, y madre abnegada, que cuidaba de su aparentemente enfermiza familia al tiempo que los exterminaba.
La Envenendora de Melilla declaró que le estuvo dando Colme (un medicamento indicado para dejar el alcohol compuesto de cianamida cálcica) a su marido, Antonio González, hasta que falleció, porque bebía y la maltrataba física y, sobre todo, psicológicamente. También dijo que suministró la misma medicina a sus hijos Antonio y Sandra para que no sufrieran por la desaparición de su padre. En cuanto a la muerte de su hija Florinda, que falleció en 1990 cuando tenía seis meses, no dio ninguna explicación. Los investigadores sólo habían encontrado rastros del medicamento en el cadáver de Sandra porque se elimina totalmente del organismo a las 6 o 12 horas. También encontraron Colme en una botella de agua que la niña tenía en la mesilla de noche de su habitación cuando fue trasladada al hospital. Ballesteros es una valenciana de 36 años que vivía en Melilla con su marido y sus dos hijos. En el verano de 2003 conoció a varios hombres a través de internet, y en noviembre de ese mismo año su marido y sus hijos ingresaron en el hospital por una intoxicación que la envenenadora achacó a unas fumigaciones. Ese mismo mes viajó a Tenerife para conocer a uno de los ciberamantes y dos meses después, en enero de 2004, falleció su marido Antonio, un funcionario que por entonces tenía 42 años y con el que llevaba 17 años casada. Se atribuyó su muerte a un infarto de miocardio. Pero las desgracias no dejaron de sucederse en la familia y el 4 de junio de 2004 falleció su hija Sandra, de 15 años, al poco de ingresar en el hospital con síntomas de intoxicación y poco después ingresaba también en el hospital con los mismos síntomas su hermano Antonio, de 12 años, que fue el único que se salvó. Algunos familiares de Paqui deben estar de su parte porque asistieron al juicio e incluso se enfrentaron con los parientes del marido, así que tal vez no hay más muertes sospechosas en la familia y a lo mejor Paqui no ha matado a ningún otro pariente sanguíneo. La fogosa
y el ciberamante Morir por deudas de compradores compulsivos Andrea. El matrimonio formado por Emmanuel y Patricia Cartier ha sido condenado en octubre a 15 y 10 años de reclusión, respectivamente, por el asesinato de su hija Alicia y el intento de asesinato de sus otros cuatro hijos en Beauvais (Francia). El motivo del crimen fueron las deudas, pues la pareja debía más de 300.000 Euros en créditos de consumo e intereses, por su afición a pedir préstamos para satisfacer sus caprichos. Los anuncios en TV y prensa, que ofrecen prestar dinero con sólo llamar por teléfono, atrajeron desde siempre la atención de los dos padres. Al terminar el servicio militar, Emmanuel solicitó su primer crédito para comprarse un equipo de música. Doce años más tarde, los Cartier tenían seis cuentas bancarias, 21 créditos y 15 tarjetas bancarias, y los 2.600 euros que ganaban en total, Alicia como auxiliar de enfermería y su marido en una fábrica metalúrgica, se hacían escasos para pagar los gastos normales y las cuotas de los préstamos. Incluso pedían préstamos adicionales para poder ir pagando sus deudas.
El método escogido para el asesinato- suicido familiar fue la inyección de insulina, sustancia potencialmente mortal, que Patricia consiguió de la residencia donde trabaja. El sábado la familia cena hamburguesas, su comida preferida, antes de inyectarse la insulina que sólo resultó mortal para su hija Alicia. Como despedida, y para no perder la costumbre, los Cartier habían pedido un último préstamo con el que comprar ropa nueva; no podían dejar que sus hijos pasaran al otro mundo con la ropa de todos los días. Robo de bebés ucranianos
Según una ONG ucraniana, entre 2001 y 2003 pueden haber ocurrido hasta 300 desapariciones de bebés. El informe de PACE afirma que estos hechos deben ser obra de una banda criminal, pues parece poco probable que lo hayan hecho personas aisladas. Los órganos de los niños pueden haber sido utilizados para transplante a otros niños y para extraer células madre del cordón umbilical, que pueden utilizarse para regeneración de órganos y tejidos. Confirmando esta hipótesis, dos fiscales de la ciudad de Mariupol iniciaron hace unas semanas un proceso contra los médicos de una clínica privada por realizar transplantes ilegales a clientes adinerados. Plan urbanístico para asesinar a alcalde
Seis personas han sido detenidas por conspiración para asesinar a Salvador Miralles Albesa, alcalde de Torrelles de Foix (Barcelona), y por tenencia ilícita de armas. La historia empezó el 6 de octubre con la desarticulación de una banda de narcotraficantes. El jefe del grupo, Sebastián B.S., tenía cámaras de seguridad en su vivienda porque no se fiaba de sus visitas, y en ellas quedaron grabadas las conversaciones para asesinar al alcalde, según los investigadores. Al parecer, fue Sergio A.G, de 35 años, quien encargó el asesinato del alcalde a dos hombres, a cambio de 50.000 euros. Sergio es el hijo de Isidre A.T., de 59 años, propietario de un terreno de 15.000 metros cuadrados que está calificado como equipamientos deportivos en el actual plan urbanístico de Torrelles de Foix. Según la policía, el propietario, que ha quedado en libertad con cargos, confiaba en que con la muerte del alcalde sus terrenos serían recalificados como urbanizables en el nuevo plan. De momento, se desconoce si había tenido contactos con otros políticos municipales para tener tan claro lo de su recalificación con la muerte del primer edil. Asesinos en serie japoneses matan a su familia Andrea. Futoshi Matsunaga, de 44 años, y su cómplice y novia Junko Ogata, de 43, han sido condenados en septiembre a morir ahorcados por el asesinato de cinco personas en Fukuoka (Japón). Las víctimas, entre las que se incluían dos niños, eran parientes de Ogata y compartían la vivienda con la feliz parejita, que los retenía para sacarles dinero. Además, alguna de las víctimas fueron obligadas a desmembrar los cuerpos de miembros de su familia. Como la policía no ha encontrado restos de los crímenes, la única prueba son los testimonios de Ogata y de una joven de 21 años, la única que pudo escapar y que asegura haber sido retenida contra su voluntad y torturada con electricidad.
Matsunaga y Ogata empezaron su relación en 1982 y tres años más tarde la mujer se fue a vivir con él. El 1994 la pareja se instala con la testigo y su padre, quien muere a causa de maltratos. Dos años más tarde obligan a la familia de Ogata a vivir con ellos. Sus padres, hermana, su cuñado y dos sobrinos fueron asesinados entre diciembre de 1997 y junio de 1998, estrangulados o electrocutados. Aunque los abogados de Ogata insistieron que ella colaboró con su novio porque éste la dominaba, el juez también la condenó a muerte. Abogados chantajistas Andrea. Ted y Mary Roberts, un matrimonio de abogados ha sido acusado en septiembre de chantajear a cuatro hombres con los que la mujer había tenido relaciones sexuales en San Antonio (Texas, EEUU). El marido enviaba a los ex amantes de su mujer una carta comunicándoles que estaba en proceso de divorcio y que pensaba solicitar al juez una orden para investigar posibles demandas contra ellos, debido a la cual sus esposas y familiares se enterarían de la infidelidad. Al parecer, la misma Mary Roberts escribió las cartas porque, según su marido, le daba vergüenza pedírselo a una secretaria. Los chantajeados llegaron a "acuerdos privados prejudiciales", por los que la pareja se embolsó unos 123.000 dólares USA. Los Roberts, que pueden recibir penas de hasta 29 años de cárcel y una multa de 100.000 dólares USA, no pierden el tiempo y han demandado al periódico Express-News por publicar las cartas y llevarlos a la bancarrota. Por su parte, el periódico se defiende diciendo que estas cartas no eran privadas ya que, en teoría, Ted Roberts las iba a presentar en el juzgado. Irónicamente, fuentes judiciales informan no estar seguras de que este tipo de chantaje infrinja el código de ética de abogados.
Madre hay una sola Andrea. La policía de Buffalo (EE.UU.)ha confirmado en septiembre que unos restos humanos encontrados en agosto pertenecen a Madeline Irena, de 46 años, quien fue supuestamente asesinada por su hijo de 15, Angel Rosa. El retoño había enterrado a su madre en el jardín de casa, usando un saco de arroz que ella misma compró, para mantener hundida la maleta que contenía los restos del cuerpo. La policía, que encontró el recibo de la compra en los pantalones de la mujer, cree que el menor contó con la ayuda de un ex convicto llamado Edwin Gimenez, detenido en calidad de cómplice. El hombre fue quien convenció a Angel para que asesinara a su madre. Una vez que se había desecho de la mujer, Gimenez violó al hermano menor de Angel, de quien asegura ser el padre biológico. La policía desconoce los detalles de esa demanda de paternidad, pero cree el hombre planeaba llevarse a los dos hermanos a Nueva York. Poco después del crimen, Angel le dijo a su hermana mayor, residente en Puerto Rico, que su madre se había ido a un retiro espiritual, pero a sus vecinos les dijo que había desaparecido. El presunto Asesino de la Costa declara su inocencia Esther. "Soy inosente, soy inosente", grita casi todos los días Tony King, el presunto Asesino de la Costa, a su llegada a la Audiencia Provincial de Málaga, donde se le está juzgando por el asesinato de Sonia Carabantes en agosto de 2003. Es un acusado del tipo escandaloso. Negó haber matado a la joven y explicó que inicialmente reconoció el crimen porque le torturó la policía. Según su declaración, la jefa que financiaba el grupo era "la puta" de Dolores Vázquez y su ex amigo Robert Graham era un profesional. (Vázquez fue durante un tiempo la principal sospechosa de la muerte de Rocio Wanninkhof, otra de las supuestas víctimas de King. El abogado de la mujer ha anunciado que va a presentar una querella por el insulto).
En cuanto a la muerte de Sonia, el presunto Asesino de la Costa dijo que esa noche había bebido mucho alcohol en la feria de Coín, que además se tomó una pastilla para conciliar el sueño y que veía doble cuando cogió el coche. Según su versión, dio marcha atrás con el vehículo, oyó un golpe y al bajar vio a Sonia Carabantes en el suelo sobre un charco de sangre. Dijo que entonces le golpearon en la cabeza y que sólo recuerda haber estado en el asiento trasero de su coche, junto a la joven herida, y una zona rocosa donde escondieron el cadáver. Testigos
y peritos
En cuanto a los testigos, María Luisa Gallego, su pareja cuando se produjo el crimen, declaró que King no estuvo con ella la noche que mataron a Sonia y que llegó a casa malherido a primera hora de la mañana diciendo que había sufrido un accidente de tráfico. También declaró la empleada de un lavadero de coches de Mijas (Málaga) que dijo que en agosto de 2003 el acusado le dejó un coche con unas marchas rojas en el asiento trasero que tardó siete horas en limpiar. A pesar de la exhaustiva limpieza, la policía dijo que identificó manchas de sangre en el asiento trasero. La acusación
Con la información de vecinos de las víctimas se ha elaborado un retrato robot de sospechosos: en algunos casos serían mujeres entre 1.70 y 1.75 metros de estatura, tez morena clara o blanca y cuyas edades oscilan entre 45 y 50 años de edad. Esas personas usan engaños, como el disfraz de enfermera de Tablas, para inspirar confianza a las mujeres y así poder entrar a sus domicilios. Las autoridades creen estos delincuentes escogen a personas de la tercera edad como víctimas porque creen que es más fácil quedar impunes. Secuestrada y casi asesinada por un topetazo Juanma. Un pequeño accidente de tráfico estuvo a punto de costarle la vida a una chica de 25 años, que fue secuestrada por el conductor de una grúa que intentó asesinarla dos veces. De momento, no se conoce la versión del supuesto agresor, por lo que el siguiente relato de los hechos se basa única y exclusivamente en la denuncia de la joven.
Al cabo de este tiempo, Adolfo la metió en su coche y fue con ella a una gasolinera a comprar tabaco. Y por fin, tomó una decisión. Había que matarla. Primero intentó estrangularla, pero afortunadamente no tenía mucha práctica en el asunto. La víctima perdió el conocimiento y Adolfo la creyó muerta. Cundo iba a meterla en su coche, la chica volvió en sí. Entonces, Adolfo cogió la pistola y disparó. En el último instante, algo le hizo desviar el tiro. Adolfo, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, se arrepintió y cambió de actitud. Desolado, pidió perdón a su víctima, le entregó la pistola y le dijo que, si quería, lo matase. La joven, en un alarde de entereza, le dijo que necesitaba atención médica por el intento de estrangulamiento y, de paso, que no vendría mal que a Adolfo lo viese también un médico. Convencido y hecho polvo, Adolfo llevó a la joven al hospital de Villafranca y la dejó en la puerta. Él se marchó. La chica fue atendida por las lesiones en el cuello y el choque nervioso que, lógicamente, padecía. Adolfo fue detenido seis días después y ha ingresado en prisión. Según parece, no tiene antecedentes, ni policiales ni por problemas psicológicos. Y sin embargo, aquí tenemos a un gruista que tiene una pistola (les aseguramos que en España no es corriente) y que no vacila en secuestrar y hasta matar por un percance de mínima importancia. Afortunadamente, no ha dado aún el salto a profesional. Pero cualquiera le lleva la contraria en una cuestión importante. Fantasmas y comida japonesa Andrea. Christopher y Yoko Chung, propietarios del Amura Japanese Restaurant de Orlando (EE.UU.) se niegan a instalarse en un edificio de Church Street Station porque dicen que el lugar está embrujado. La cuestión es que habían firmado un contrato de alquiler para instalar allí su negocio. Al enterarse los propietarios del problema, les ofrecieron llevar a un exorcista para que "purificara" el lugar, pero los Chung se negaron, por lo que se presentó una demanda en septiembre por incumplimiento de contrato por 2,6 millones de dólares USA.
Para empeorar las cosas, Cristopher Chung es testigo de Jehová y dice creer en los espíritus y seres del más allá. Sin embargo, los dueños del edificio, que se declaran respetuosos de las creencias de los demás, alegan que, con o sin fantasmas, un contrato debe cumplirse por lo que, además de la demanda por daños y perjuicios, sus abogados han pedido al juez que determine si realmente hay fantasmas en su edificio y que, en caso de haberlos, investigue si estos interferirían con el funcionamiento normal del restaurante. No sea que a los fantasmas les guste el sushi y no quieran compartirlo con los comensales. Embalsamador y dentista acusados de vender muertos
El fiscal de Brooklyn ha dicho en octubre que, de momento, los principales sospechosos son Joseph Niceli, de 49 años, y Michael Mastromarino, de 42. El primero es un famoso embalsamador y el segundo, un dentista de Manhattan al que le quitaron la licencia en 2000 por la denuncia de un paciente. (Era adicto a la cocaína y los narcóticos y apareció tirado en el baño de su consulta con una aguja hipodérmica clavada, mientras estaba atendiendo a una paciente a la que tenía anestesiada). Se cree que ambos robaban huesos, piel y grasa de los cadáveres que caían en sus manos (los huesos eran utilizados para implantes dentales y reconstrucciones y la piel y la grasa, para operaciones estéticas y quemados). También se sospecha que falsificaban autorizaciones de los familiares y que, en algunos casos, llegaron a falsificar también las causas de defunción para poder vender trozos de un muerto que había padecido una enfermedad inapropiada para un transplante. Se cree que podían sacar más de 7.000 dólares USA por muerto. El mercado de cadáveres se revitaliza (Adegüello, mayo 2004) Enfermeros acusados de matar por dinero de funeraria (Adegüello, noviembre 2004) Asesinos y morosos
La pareja fue localizada gracias a la llamada del administrador del hotel Ibis en Salon-de-Provence, lugar escogido por la pareja al huir de Marsella. El hombre sospechaba de ellos, pues ya llevaban 15 días sin salir del hotel, comiendo del menú, y todavía no habían pagado un euro, por lo que decidió llamar a las autoridades para saber si eran unos estafadores. Al ser detenido, Steinjs dijo que los niños habían muerto por una intoxicación al comer alimentos en mal estado, pero después confesó que los había envenenado a todos. Los motivos que le llevaron a acabar con la vida de los menores no están muy claros, pero el descubrimiento por parte de Marie-Hélène de que su marido no era el empresario de éxito que decía ser es una de las hipótesis consideradas. Relacionan a depredador sexual con desapariciones Esther. Policías de Gran Bretaña y de la República de Irlanda sospechan que Robert Lesarian Howard está detrás de la desaparición de seis mujeres entre 1981 y 2001 y han retomado las investigaciones. En octubre, Howard, de 61 años, ha sido declarado inocente en Belfast (Irlanda del Norte) de convencer a la hija de una ex pareja para que mintiera en el juicio en el que le acusaban de la desaparición de Arlene Arkinson en 1994. Lo último que se sabe de Arlene, una niña de 15 años, es que Howard, que es un delincuente sexual habitual, se ofreció a llevarla en coche a su casa a la salida de una discoteca de Donegal (Irlanda del Norte). Un juzgado de Belfast le declaró inocente por falta de pruebas en junio, pero se sospechaba que había convencido a la hija de su ex pareja para que mintiera en el juicio. Por su parte, la familia de la desaparecida cree se debería haber informado al jurado de las condenas previas del delincuente. En la actualidad, Robert Howard cumple condena en Gran Bretaña desde 2003 por estrangular a Hannah Williams, una niña de 14 años que desapareció en Londres en 2001 y cuyo cadáver fue encontrado en una fábrica de cemento de Kent. Pero la biografía criminal del británico es mucho más larga y se remonta a 1957. Con 13 años le llegó su primera condena por robo. En 1965 le condenaron nuevamente por intentar abusar sexualmente de una niña de 6 años en Londres haciéndose pasar por médico. En 1969, le volvieron a condenar por el intento de violación y estrangulamiento de una mujer en Durham. Tras quedar en libertad se fue a la República de Irlanda, y en 1974 le condenaron a 10 años de cárcel por violar a una mujer de 58 años en Cork. Siete años después salió de la cárcel y su historial delictivo aparece en blanco entre 1981 y 2001, años en los que estuvo viviendo entre Gran Bretaña y la República de Irlanda. |
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