Estafas familiares S.A.
Se hace pasar por un familiar al teléfono
Exportación chilena no tradicional


Estafas familiares S.A.

Andrea. Un tribunal de Pennsylvania (Estados Unidos) ha condenado en junio a varios años de prisión a una familia que se dedicaba a poner falsas denuncias por daños. El grupo trabajaba en la zona oeste de Pennsylvania estafando a pequeños negocios por cantidades no demasiado grandes, para no despertar las sospechas de las compañías aseguradoras. Durante su larga carrera presentaron 80 demandas por daños y perjuicios, aunque sólo 43 pudieron ser probadas en los tribunales. Su truco era no pedir mucho para no llegar a juicio y, al parecer, les funcionó la mar de bien porque consiguieron unos 83.000 dólares USA.
En lo que era un ejemplo de familia unida, hasta los niños eran utilizados a veces como testigos de los "accidentes" de sus padres y todos habían aprendido a fingir los síntomas de contusiones cerebrales y otros eventos traumáticos, para así poder estafar a las empresas aseguradoras de los locales en que ocurrían.
Decían tener innumerables lesiones
Además, los miembros de esta familia, quizá haciendo caso a consejos para insertarse en el mercado laboral, se habían especializado en distintas áreas del negocio. Patty Yeager era especialista en tropezarse y caer en los aparcamientos de distintas tiendas y centros comerciales; su táctica era pedir que le repusieran los vaqueros rotos, o la piedra de un anillo que se había desprendido con el golpe, a lo cual accedían en seguida los dueños pensando aliviados que se libraban de un demanda peor. Por su parte, Richard Frye y Charles Colson eran los maestros en caerse en suelos mojados de restaurantes y otros establecimientos y, generalmente, llevaban su propio líquido que tiraban disimuladamente para después caerse y golpearse la cabeza; mientras que Travis Brickner sufría de la misma torpeza genética y solía caerse en suelos resbalosos de lavanderías. Por último estaba Frye, el multifacético líder de la banda que además de ayudar a los demás a "montar" sus accidentes, tenía su propia especialidad de atropellos y huida a la salida de bares para después pedir una indemnización. Apuntaban las matrículas de los coches antes de que abandonaran el aparcamiento del bar y en un caso llegaron a poner un trozo de ropa en el parachoques del vehículo.
Con el tiempo, sus nombres empezaron a aparecer con demasiada frecuencia en las bases de datos de las compañías de seguros, lo que despertó las sospechas de las autoridades. Los investigadores consiguieron acorralar a Colson y, tras mostrarle una larga lista de delitos por los que sería acusado, el hombre perdió todo amor por su familia y delató a todos los demás para salvarse.





Se hace pasar por un familiar al teléfono

Esther.
Es una estafa muy extendida en Japón que ha empezado a registrarse en Estados Unidos. Se trata de llamar a alguien por teléfono haciéndose pasar por un familiar que necesita dinero para salir de un lío en el que se ha metido. En mayo una mujer de 85 años de Nuevo México recibió una llamada de un falso nieto que le pedía 5000 dólares USA para pagar una fianza en Toronto (Canadá). Al día siguiente, el hombre volvió a llamar explicando que la fianza eran realmente 3000 dólares y pidiendo una nueva transferencia, tras asegurar que devolvería íntegra la primera cantidad. Al final, la mujer se quedó sin los 8000 dólares y sin saber quién es el falso nieto.




Exportación chilena no tradicional

Andrea.
Además de fruta, vino y salmones, de Chile llegan productos menos deseados como bandas organizadas de delincuentes. Los últimos en caer en España han sido una familia que se dedicaba supuestamente a robar dinero con el truco de "la mancha". Apostados en sucursales bancarias observaban a los clientes en busca de alguien que retirara una suma importante de dinero. Al salir la persona, se le acercaba amablemente para quitarle una mancha que le había caído en la ropa. Así, mientras uno lo despistaba con la mancha, otro se tropezaba y le quitaba el dinero, según la policía. Incluso a veces convencían a su víctima para que intentara subir al piso desde donde decían que habían tirado el líquido para recriminarles su falta de consideración.
Manchan la ropa para despistar
La familia estaba compuesta por Tegualda de las Mercedes E.V., de 66 años, su marido Carlos S.V., de 71, el hijo Carlos Sammy B.E, de 51. y el nieto y sobrino del anterior Michel Alfredo O.B., de 29. El grupo solía llegar a España para la temporada primavera- verano y volvían a Chile en otoño. Para evitar a la policía, solían moverse por todo el territorio estando pocos días en cada ciudad, aunque sí mantenían un piso y una habitación alquilada en una pensión, donde se encontraron resguardos de envíos de dinero y numerosas cámaras digitales y ordenadores portátiles, producto también de sus supuestos robos.
Al parecer, estos ladrones no eran ajenos al acontecer deportivo pues al ser detenidos llevaban encima unos papeles con traducciones al alemán de la frase: "Perdón señor, se ha manchado" y "convendría que se limpiase", por lo que se deduce que pensaban viajar a Alemania para aprovechar la "fiebre del mundial"
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