Gracias a todos los lectores que nos habéis acompañado durante este año y especialmente a los que habéis mandado e-mails elogiosos y colaboraciones, a los que nos habéis recomendado en vuestras Webs y a todos los buscadores que nos encuentran.
CRIMINAL
2005
Vladimir Kozak, de 49 años, es el sospechoso. Al parecer, su último golpe fue en octubre en la sede principal del Universalbank de la capital moldava, donde se llevó más de un millón de pesetas. Dicen que se acerca a los cajeros, mantiene una breve charla con ellos y los hipnotiza mirándoles a los ojos. Entonces, le dan todo el dinero de la caja. Se cree que con este sistema ha robado en seis sucursales unos cuatro millones de pesetas, que debe ser un pastón el Moldavia porque es el país más pobre de Europa. PREMIO MORIARTY 2005 La captura de Paul Shaeffer (adegüello, mayo 2005) Andrea. El 10 de Marzo fue capturado el perseguido gurú y pedófilo alemán Paul Schaeffer a las afueras de Buenos Aires por funcionarios de INTERPOL Argentina. Con ello se pone fin a ocho años de fuga de la justicia chilena por cargos que van desde pedofilia, adopción ilegal, evasión de impuestos y colaboración con la dictadura de Pinochet en la desaparición de unos 150 detenidos políticos. La historia de este ex enfermero del ejercito alemán tiene de todo: abusos sexuales, drogas y, a falta de rock and roll, canciones tirolesas. Los comienzos
Colonia Dignidad Ya instalados en una enorme finca del sur de Chile, creó una fundación benéfica llamada "Sociedad Educacional y Benefactora Dignidad". Schaeffer aprovechó la simpatía que la mentalidad alemana despierta entre la clase alta de Chile
Los hombres y las mujeres dormían en dormitorios separados y las relaciones sexuales estaban en teoría prohibidas. Los niños también estaban separados por sexos. Schaeffer se construyó una pequeña casa junto a la residencia de los niños varones, la "Kinder House", a la que iba todas las noches para elegir al afortunado niño que pasaría la noche con el "tío permanente". Schaeffer parecía haber conseguido montarse el paraíso en la tierra, pero esa idílica situación no duró mucho y a los pocos años comenzaron las fugas y los rumores. Colonos a la fuga El primero en intentar escapar fue Wolfang Müller, que había venido a Chile después de que Schaeffer convenciera a su madre soltera de que lo dejara ir. A los 17 años estaba harto de sufrir los abusos del "tío permanente" y decidió escaparse siguiendo el curso del río. Pero Schaeffer dio aviso a las autoridades y, con ayuda de vecinos de la zona, consiguieron capturarlo y devolverlo al redil. En la colonia, el joven fue obligado a ponerse un mono rojo para que todos los otros colonos pudieran pegarle e insultarle a modo de castigo.
La tercera vez es la vencida para Müller que consiguió llegar a la capital, donde pidió refugio en un asilo de ancianos y ofreció una rueda de prensa para denunciar la situación que se vivía dentro del enclave alemán. Schaeffer, a su vez, lo acusó de estar perturbado y lo denunció por difamación ante los tribunales, pero el miedo a ser detenido causó su primera huida a Argentina. Con la ayuda de un pasaporte falso y una conveniente cirugía plástica, realizada en el hospital de la colonia, logró cruzar la frontera entre los dos países. La colonia intentó contrarrestar la mala publicidad haciendo una huelga de hambre y, después, dejando entrar a la televisión para mostrar una idílica imagen de la vida campestre alemana, con coro de agraciados jóvenes alemanes incluido. Finalmente, tras ser absuelto, Schaeffer volvió a Chile. El segundo en intentar fugarse fue Heinz Kuhn, quien conoció a Schaeffer en Alemania. Cuando surgieron las primeras denuncias contra el pastor y éste decidió huir a Sudamérica, Kuhn se alegró de haberse librado de su influencia. Sin embargo, esta alegría no duró mucho pues meses después Schaeffer lo mandó a buscar. Al regresar a la colonia, le quitaron el pasaporte, su anillo de compromiso, y le restringieron la comida y el agua durante 28 días. En 1968 decidió escapar al enterarse de que su novia Ursula esta embarazada, pero la pareja fue capturada en una ciudad del norte de Chile. De vuelta en la colonia, les separaron y a Kuhn le drogó el propio Schaeffer. Al despertar unos días más tarde, se enteró de que habían hecho abortar a su novia y volvió a fugarse. Esta vez logró su propósito, tras amenazar a Schaeffer con denunciarlo a la embajada alemana, y consiguió que liberaran a Ursula. Curiosamente Kuhn siguió frecuentando la colonia hasta 1984, fecha en la que se dio cuenta de que Schaeffer miraba con "interés" a uno de sus hijos. Durante los últimos 30 años, Kuhn ha estado ayudado a otros colonos a escapar. Amigos influyentes
A Schaeffer también se le atribuyó la desaparición en 1985 del matemático ruso- norteamericano Boris Weisfeiler, quien visitaba la zona en calidad de turista. Sus conocidos alertaron a la policía cuando Weisfeiler no regreso de una excursión por las cercanías de la colonia. Aunque la hipótesis es que se había perdido en el bosque, semanas de rastreos no consiguieron dar con su cadáver. Según testimonios incluidos en archivos de la CIA recientemente desclasificados, los colonos lo apresaron pensando que era un "espía", y el ex colono Kuhn afirmó haber oído en esa época una comunicación por radio entre dos altos jefes de la colonia y Schaeffer en la que expresaban su preocupación por el "intruso". Schaeffer supuestamente les respondió: "No se preocupen, el problema ha sido resuelto (...); él ya está comiendo patatas bajo tierra". Captura en Tortuguitas
Tras un año de visitas, un periodista del programa logró ganarse la confianza de los vecinos de La Solita, primero, y de Schmidt, después, pero aunque consiguió entrar en la finca, fueron los trabajadores de fincas vecinas quienes le informaron de que habían visto a una pareja mayor. Al sospechar que podían ser Schaeffer y su enfermera particular avisaron a Interpol Argentina, que se hizo cargo de la investigación. Unos meses más tarde, y tras interceptar las comunicaciones de La Solita, lograron seguir a Peter Schmidt desde la finca hasta un chalet de las afueras de Buenos Aires. Horas más tarde, la policía realizó un allanamiento y encontraron a Paul Schaeffer, a quien identificaron por su ojo postizo, acompañado de su hija adoptiva y otros dos guardaespaldas. Dos días después el jerarca alemán fue expulsado de Argentina por carecer de permiso de residencia. Vuelta a Chile Aunque tras su llegada a Chile ha sido interrogado por varios jueces, Schaeffer no ha contado nada útil e incluso se divierte diciendo a ratos que no entiende español, que no le funciona el audífono eléctrico o negándose a comer aduciendo que está acostumbrado a la comida vegetariana. Con los que si habla, y muy amablemente, es con el equipo médico que lo cuida. Si no tuviera ya 83 años se podría pensar que está usando sus poderes de manipulación para conseguir la compasión, y futura ayuda, de sus cuidadores. Secta secreta al descubierto en Chile (Adegüello, enero 2005) Schäffer o Schaeffer Schäffer, Schaffer, Schaeffer, Schaefer,... en los medios de comunicación le llaman de todo (menos guapo). En realidad se llamaba Schäffer, pero este apellido se convirtió en Schaeffer en julio de 1996, cuando los países de habla germana aprobaron la reforma ortográfica por la que las "ä" se sustituyen por "ae". Entre agosto de 1998 y julio de 2005 se pueden usar las dos formas, pero a partir de esta fecha sólo se utilizará "ae". MORIARTY HONORÍFICO Francisco Paesa, la resurrección Lo
reconocemos, tenemos debilidad por Paesa. Es nuestro favorito y le
daríamos siempre el Moriarty, así que mejor le damos
uno honorífico. Es un personaje fascinante, ahora parece ser
que su cadáver vive en París y que allí le han
hecho una entrevista a finales de noviembre los de la revista Interviú.
En el diario El Mundo publicaron un resumen con foto incluida (La
revista 'Interviú' publica una entrevista con el espía
Francisco Paesa,El Mundo, 5 de diciembre 2005). Por lo visto,
ha dicho que está harto de los periodistas y que vive en una
situación de huida permanente porque le persiguen unos mafiosos
rusos. Dijo que ya le devolvió todo el dinero a Roldán
y, en cuanto a su resurrección, explicó que le pegaron
unos tiros en Bangkok y que sus familiares le dieron por muerto. Tal
vez tanto rezo gregoriano fue lo que le salvó la vida.
El
'cadáver' de Paesa vive en Luxemburgo (adegüello,
enero 2005)
Agente secreto del Ministerio del Interior que vendió misiles trucados a ETA, director del Banco Nacional de Guinea (gracias a su amistad con el presidente Macías; por cierto, el dinero del banco desapareció), banquero en Suiza condenado por estafa, traficante de armas entre los países ex soviéticos y Oriente Medio, falsificador de documentos, diplomático, organizador de fugas y prestidigitador financiero. Bien lo sabe Luis Roldán, al que ayudó a fugarse cuando se descubrieron sus chanchullos, y a quien entregó después a cambio de 300 millones de pesetas de la época, no sin quedarse antes con el dinero rapiñado por el ex diretor de la Guardia Civil: unos 1.800 millones de pesetas (once millones de euros). Muerte
en Tailandia (*)
Luis Roldán: Político que no había
estudiado nada pero que decía ser ingeniero industrial y
economista. Fue director general de la Guardia Civil con el PSOE
(Partido Socialista Obrero Español) entre 1986 y 1993. Durante
este periodo, participó en numerosas orgías cutres
y se hizo multimillonario. Desapareció en abril 1994, después
de que una comisión de investigación descubriera sus
chanchullos. La Policía española le detuvo en febrero
de 1995 en el área de tránsito del aeropuerto de Bangkok
(Tailandia). Desde febrero de 1995 cumple condena en la cárcel
de Brieva (Ávila) por diversos delitos económicos. CHAPUZA 2005 Lucero poco brillante (adegüello, septiembre 2005) Juanma. Joe Lucero, de 30 años, es pionero de una nueva especialidad en el campo de la incompetencia delictiva: el maratón de chapuzas. Siguiendo la tradición acumulativa del espectáculo USA, Lucero encadenó una sorprendente serie de delitos fallidos y acabó en el hospital, víctima de su propia ineptitud. Fracasó en sus intentos de atracar a dos mujeres, no consiguió penetrar en varios apartamentos donde quería robar, secuestró un coche y lo estrelló, dejó las huellas ensangrentadas de sus manos en los picaportes de varios pisos más y fue derrotado en su enfrentamiento con una madre airada a la que pretendía arrebatar su bebé para usarlo como escudo. Hombre madrugador, Lucero comenzó su jornada a las 6 menos cuarto de la mañana del domingo 7 de agosto en Salt Lake City (EE.UU.). Armado con un cuchillo, salió a hacer sirlas por la calle y se dirigió al aparcamiento de unos almacenes. Allí intentó atracar a dos mujeres, pero éstas salieron huyendo sin darle su dinero, lo cual le hizo pensar que la sirla no era lo suyo. Sin duda, no daba bastante miedo. Así pues, decidió cambiar de especialidad y hacerse topero. Para ello, se dirigió a un complejo de apartamentos e intentó forzar una puerta. Inútil total. Tal vez pudiera probar suerte en el robo de coches.
Lucero no es hombre que renuncie a su vocación por unos principios poco auspiciosos. Aunque estaba hecho un Cristo, decidió darse otra oportunidad en el robo domiciliario. Penetró en otro edificio de apartamentos y empezó a probar puertas. Lo único que consiguió fue dejar abundantes huellas de sus manos ensangrentadas en los picaportes. Aquello ya pasaba de castaño oscuro. Y se olía que la policía podía estar siguiéndole. Era el momento de pasar a las medidas desesperadas. Nada de limpiar las huellas. Había que coger rehenes. De una patada, abrió la puerta del apartamento de la familia Hernández (¿cómo no se le había ocurrido antes un método tan delicado?) y entró en él gritando "¡Policía! ¡Tengo una pistola!". La familia Hernández no quedó muy convencida. Mientras Lucero montaba una barricada en la puerta (como suelen hacer todos los policías al entrar en una casa), la madre, Melva, cogió a su niña de 18 meses y la escondió en un armario. Lucero empezó a perder la calma. Rompió una mesita y desgarró las sábanas de la cama para demostrar lo peligroso que era. Apiadada, la señora Hernández le ofreció dinero, para ver si así se iba, pero Lucero ya estaba poseído. Le exigió que le entregara a la niña escamoteada, con la que pensaba montar su gran escena final. Melva Hernández, que ya sospechaba que el asaltante no llevaba pistola y era un pringado de mucho cuidado, reaccionó como es de esperar en una madre en semejante situación. Por primera vez en la jornada, Lucero se vio en verdadero peligro. Y en aquel momento oyó sirenas de la policía. Entonces, Joe Lucero, viéndose acorralado entre la madre y la ley, hizo uso de todos sus recursos criminales. Se tiró por la ventana. La policía lo recogió y lo trasladó a un hospital, donde tuvo que permanecer varios días antes de ser conducido a la cárcel del condado. Hubo que sedarle porque estaba bastante nervioso. Se comprende. |