Empezó como matón del capo Luciano Liggio, que lo veía como un idiota que disparaba bien. El "cerebro de pollo", según Liggio, consiguió llevar a La Familia por un camino menos sangriento y creó la Nueva Mafia de cuello blanco. Bernardo Provenzano, él más buscado de Italia, el Capo di Tutti Capi de la mafia siciliana, llevaba 43 años escondido en una granja de su pueblo, Corleone.



premio Moriarty 2006:
LA MATAVIEJITAS DE MÉXICO D.F.
Juana Barraza ha confesado doce crímenes, pero la policía dice que sus huellas aparecieron en los domicilios de 48 ancianas que fueron asesinadas en la capital federal. La Dama Silenciosa de la lucha libre, devota de la Santa Muerte, se hacía pasar por enfermera para acercarse a los aterrorizados ancianos.



chapuza del año:
EL RUMBOSO QUE FRACASA COMO ASESINO

Le perdían la farra nocturna, el buen whisky, las mujeres jóvenes y un local de striptease. Dilapidó una herencia con estas aficiones y pensó que si quería continuar con su tren de vida, no tenía más remedio que matar a su mujer, con la que llevaba 30 años casado, para cobrar el seguro de vida.




Gracias a todos los lectores que nos habéis acompañado durante este año y especialmente a los que habéis mandado e-mails elogiosos y colaboraciones, a los que nos habéis recomendado en vuestras Webs y a todos los buscadores que nos encuentran.




CRIMINAL 2006
Cae el último gran capo de La Cosa Nostra
(adegüello, mayo 2006)

Provenzano tiene 73 años
Esther. El hombre más buscado de Italia, el Jefe de Jefes de La Cosa Nostra, apenas se había movido de su pueblo en los 43 años que llevaba en busca y captura. Ni coches caros ni trajes de diseño ni mansiones en la Costa Esmeralda, Bernardo Provenzano vivía en una granja a las afueras de Corleone, un pueblo siciliano de unos 12.000 habitantes, fortaleza de la mafia, que se hizo famoso en todo el mundo gracias a "El Padrino" de Coppola y Mario Puzo. Deben ahorrar un montón estos mafiosos italianos. Como su antecesor, Toto Riina, que también estuvo prófugo veinte años en el mismo pueblo, Provenzano sigue pareciendo el campesino que fue antes convertirse en matón de la mafia, cuando todavía era un adolescente al acabar la Segunda Guerra Mundial.

Ahora tiene 73 años, nació el 31 de enero de 1933 en Corleone y le llaman "El Tractor" porque dicen que es implacable con sus enemigos. Estando prófugo, fue condenado a cadena perpetua por su participación en diversos delitos; entre ellos, los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Empezó como matón del capo Luciano Liggio, que pensaba que Provenzano era un idiota, pero que disparaba muy bien. No obstante, el hombre del cerebro de pollo, según Liggio, consiguió encauzar a La Familia por un camino menos sangriento que su predecesor, Riina. Creó lo que se considera la "nueva mafia" de cuello blanco, más centrada en negocios inmobiliarios y subcontratas públicas.
Consiguió eludir la captura, en parte, por esa vida modesta y porque evitó las delatoras nuevas tecnologías. No utilizaba el teléfono fijo ni los móviles, dirigía La Cosa Nostra con notitas escritas que entregaba a sus hombres de confianza. Tenía, además, varios escondrijos en Sicilia y cada dos o tres días se cambiaba de casa.
Sus abogados insistían en que estaba muerto, sobre todo durante los últimos años, pero las autoridades descubrieron que en 2003 estuvo en una clínica francesa, donde le operaron de la próstata. En enero de 2005 la policía siciliana llegó a detener a 46 personas acusadas de ayudarle a esconderse, pero el gran capo seguía sin aparecer. Dos meses después, pusieron en circulación un retrato robot del mafioso con los cambios que podía haber sufrido su rostro y las indicaciones de los informadores de la mafia siciliana.

Lo localizaron en una granja cerca de Corleone
Finalmente, le detuvieron el 11 de abril de 2006 en una granja situada a pocos kilómetros del pueblo. Los investigadores le siguieron el rastro a la ropa limpia que le envió su mujer, Saveria Benedetta, que también vive a las afueras de Corleone.
"No sabéis lo que estáis haciendo", le dijo Provenzano a los agentes que le detuvieron y poco más ha dicho desde entonces, porque en su primer interrogatorio se limitó a confirmar su nombre, edad y lugar de nacimiento. Lo han encerado en una cárcel de máxima seguridad de Umbría y está previsto que pase por los tribunales en mayo, en relación con diversos crímenes mafiosos cometidos en los años ochenta.

La Cosa Nostra
Mafias italianas hay muchas, pero hay tres variantes que destacan sobre todas las demás: la Camorra de Campania, la Ndrangheta de Calabria y la Mafia Siciliana. La Camorra y la Ndrangheta están formadas por distintas organizaciones locales o clanes, sin estructura centralizada y con relaciones de horizontalidad entre ellos; es decir, sin un único jefe que dirija el cotarro. En Sicilia también hay pequeñas organizaciones mafiosas que operan a nivel local y, además, La Cosa Nostra: una organización unitaria y jerárquica, formada por distintas familias mafiosas que mantienen cierta autonomía. El juez Falcone decía que era la organización criminal más peligrosa por su capacidad para poner en práctica estrategias unitarias y su estructuración, similar a la de un estado que se mantiene con reglas inflexibles impuestas por medio de la violencia.
La mafia había nacido en Sicilia como una hermandad subversiva contra la Inquisición, basada en el respeto a la justicia natural y el honor. Mussolini intentó acabar con ellos, sin conseguirlo, y en 1943 los mafiosos se unieron a los aliados en la Batalla de Sicilia. La Cosa Nostra se extendió por toda Italia y llegó a Estados Unidos y Canadá con los emigrantes italianos.

Los Corleonesi

Detuvieron a Provenzano en 1959
A principios de los años setenta Luciano Liggio, Gaetano Badalmenti y Stefano Bontade formaban un triunvirato que dirigía La Cosa Nostra y que estaba encargado de salvaguardar la paz entre los clanes.
Con la ayuda de sus matones, Toto Riina y Bernardo Provenzano, Liggio se había convertido en el jefe del clan Corleonesi, tras matar en 1958 a Michelle Navarra, anterior jefe del clan. Se cree que en el asesinato participó Provenzano, al que acusaron formalmente en 1963 por la muerte de uno de los hombres de Navarra, quedando desde esa fecha en busca y captura.
En realidad, pese a las muestras aparentes de querer conservar la paz entre los clanes, Liggio planeba hacerse con el control del tráfico de heroína y acabar con el dominio de las familias de Palermo, que veían a los de Corleone como granjeros.
Como Liggio pensaba que Provezano no era muy avispado, cuando le detuvieron en 1974 y le condenaron a cadena perpetua por el asesinato de un rival, dejó en su lugar a Toto Riina.

Toto Riina, alias "La Bestia"
Toto Riina y el Terror
Salvatore "Toto" Riina nació en Corleone en noviembre de 1930. Se cree que él mismo asesinó a decenas de personas y que mandó matar a centenares. Le detuvieron por primera vez cuando tenía 18 años y le condenaron a seis años de cárcel por matar a un hombre. Alias "La Bestia", se convirtió en uno de los jefes más despiadados, con Provenzano como lugarteniente. Dicen que su máxima era: cuando alguien se lastima el dedo, lo más seguro es cortarle el brazo. Llegó a ser el Jefe de Jefes de la Cosa Nostra, tras acabar con todos sus competidores. Su reinado del terror provocó la guerra de clanes de principios de los años ochenta, que acabó con cientos de mafiosos asesinados y con el clan Corleonesi de Riina dominando Sicilia.

Empezó deshaciéndose de sus principales competidores, que eran los antiguos compañeros de triunvirato de Liggio junto con Salvatore Inzerillo, todos ellos jefes de clanes de Palermo. Stefano Bontade y Salvatore Inzerillo murieron asesinados. A Bontade le dispararon con una ametralladora en abril de 1981, cuando iba al volante de su coche. Era hijo y nieto de jefes mafiosos, jefe de la familia de Santa Maria de Palermo y uno de los mafiosos que tenía más contactos políticos. Inzerillo murió asesinado un mes después. Ante este panorama, Badalamenti huyó de Italia. Estuvo un tiempo en España y Brasil y después se fue a Estados Unidos, donde entabló amistad con "Lucky" Luciano. Allí le encerraron por ser uno de los jefes de la "Pizza Connection" y murió el 30 de abril de 2004 en una cárcel de Massachusetts.
Tras librarse de los tres capos, se cree que Riina mandó asesinar a amigos y familiares para evitar venganzas. Sus órdenes llegaron hasta New Jersey (EE.UU.), donde mataron al hermano de Inzerillo, que había huido de "La Bestia". Pero se le escapó un amigo de Bondate vivo: el también mafioso Tommaso Buscetta.

Mientras tanto, el juez Giovanni Falcone se convertía en el abanderado de la lucha contra la mafia. En 1984 consiguió que por primera vez un jefe mafioso rompiera el Código de Silencio: Tommasso Buscetta, el amigo de Bontade. Se había refugiado en Brasil, huyendo de las matanzas de Riina. De ahí le extraditaron, con la colaboración de Estados Unidos, y accedió a desvelar la identidad de la cúpula de la mafia que dirigía el tráfico de drogas a nivel internacional, a cambio de un nombre, una asignación económica y una nueva vida en Estados Unidos, donde murió de cáncer, a los 71 años, en 2000. De todas formas no tenía mucho que perder porque Riina ya había matado a muchos de sus familiares y amigos antes de la traición.

Mataron a Falcone y Borsellino
Posteriormente, en 1987, Falcone condenó a más de tres centenares de mafiosos en el maxiproceso de Palermo. El magistrado no sólo atacaba judicialmente a los mafiosos, sino que se ocupaba también de desbaratar los mitos románticos sobre el mundo de la Mafia. Se cree que Toto Riina decidió cortar por lo sano y el 23 de marzo de 1992, Falcone, su mujer y tres escoltas murieron al estallar el coche en el que regresaban del aeropuerto de Palermo. Su colaborador, el juez Paolo Borsellino, falleció dos meses después, junto con cinco escoltas, en un atentado similar. Los asesinatos que pretendían dejar claro quien mandaba en Sicilia produjeron, en realidad, el efecto contrario e hicieron que los sicilianos colgaran sábanas con pintadas contra la Mafia y salieran a la calle a manifestarse.

Finalmente, en enero de 1993 detuvieron a Toto Riina cerca de Palermo, al volante de un Citroën. Se intentó hacer pasar por un trabajador y casi lo consigue. Le condenaron a cadena perpetua, convirtiéndose, entonces, Bernardo Provenzano en el Jefe de Jefes de La Cosa Nostra. Liggio no llegó a ver sus progresos porque falleció de un ataque al corazón al día siguiente de la detención de Riina
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PREMIO MORIARTY 2006
Detienen a asesina en serie de ancianas en México D.F. (adegüello, marzo 2006)

Andrea. La policía mexicana dice que ha conseguido detener en enero al autor de los asesinatos de por lo menos 48 mujeres de la tercera edad. "El mataviejitas" había tenido atemorizadas a las personas de edad avanzada que viven solas en la ya de por sí peligrosa capital federal de México. La sorpresa fue que este asesino en serie resultó ser supuestamente una mujer: Juana Barraza, de 48 años. Su detención se produjo cuando Barraza huía de la escena del crimen de su última víctima, Ana María Reyes, a la que había estrangulado con un estetoscopio, según su confesión. Las autoridades aseguran que al principio barajaron la hipótesis de que la autora de los crímenes fuese una mujer, pero que la posterior detención de un sospechoso, y las declaraciones de los testigos asegurando haber visto a un hombre, hizo que esa teoría fuese desechada. El que Juana Barraza se dedicara a la lucha libre puede explicar que muchos la confundieran con un hombre, pues es de constitución robusta y tiene el pelo corto. En el ambiente se la conoce como "La Dama Silenciosa".
Juana Barraza
Creen que Barraza se ganaba la confianza de las ancianas porque iba vestida de enfermera y enseñaba una identificación del Instituto Mexicano del Seguro Social. Les decía que iba a apuntarlas a algún programa de beneficios para la tercera edad o bien les ofrecía servicios de masajista o lavandería. Otras veces llevaba una carpeta verde con una imagen religiosa que seguramente inspiraba confianza a sus víctimas. Barraza robaba supuestamente los objetos de valor que tuvieran sus víctimas y las asesinaba con distintos métodos. Aunque todavía no ha explicado por qué además de robarles tenía que asesinar a estas mujeres, que seguramente no estaban en condiciones de oponer resistencia.
Las creencias religiosas de la Barraza eran algo más originales, pues la policía encontró en su casa un altar con estatuas de La Santa Muerte, Buda y Jesús Malverde, santo de los narcotraficantes.


La cómplice
Al parecer, la Mataviejitas no siempre actuaba sola, pues la policía ha detenido también a Araceli Tapia. Al principio, la mujer dijo no conocer a la presunta asesina, pero ha terminado reconociendo que la acompañó a varios encargos en los que se presentaban vestidas de enfermeras. Explicó que, en una ocasión, Barraza le pidió a una anciana su credencial para cobrar la pensión y que en un descuido de la víctima se guardó unos objetos de valor.
Araceli Tapia conocía a la Mataviejitas desde hace doce años, pues era amiga de su hermana, y ella le había ofrecido trabajo limpiando su casa en un momento de dificultad. Fue mientras estaba en casa de Barraza, cuando ésta le propuso trabajar como enfermera, cosa que hizo en cuatro o cinco ocasiones, según su declaración. El juez le ha concedido la libertad bajo fianza, aunque los encargados del caso creen que hay pruebas suficientes para que esté en prisión preventiva.
Al principio, Barraza negó haber cometido todos los asesinatos que se le atribuyen. Según su teoría, como no le unían vínculos de amistad con ninguna víctima no las podía haber odiado tanto para matarlas, así que no podía ser la asesina. Tras varios interrogatorios, Barraza ha admitido fríamente ser la autora de 12 asesinatos, pero podrían ser más, pues la policía ha encontrado sus huellas en los escenarios de 48 crímenes. De momento la "Mataviejitas" está detenida en el penal de Santa Marta, acusada de homicidio calificado y tentativa de asesinato.


México busca al "Mataviejitas" (Adegüello, noviembre 2005).




CHAPUZA 2006
Rumboso fracasa como asesino (adegüello, mayo 2006)

Juanma. Afortunadamente para su esposa, Robert F. Holcombe es tan incompetente como asesino que fracasó en cinco intentos de eliminarla con el fin de cobrar un seguro de vida y continuar su vida de crápula y ostentación.
Para el quinto intento, Holcombe recurrió a la ayuda del hijo de ambos, que acudió a la policía y se prestó a llevar un micro oculto con transmisor, lo que permitió la detención antes de que se consumara el asesinato.
La noticia viene clasificada como "chapuza", pero es más que eso: es todo un peliculón.
Era cliente de un bar de striptease
Para empezar, Holcombe, de 55 años, es una mole de 1,90 de estatura y más de ciento cincuenta kilos de peso (su papel podría hacerlo John Goodman). Le perdían la farra nocturna, el buen whisky y las mujeres jóvenes. Era asiduo de un local de striptease llamado Tiffany's, donde exhibía fajos de hasta 10.000 dólares USA para atraer a las chicas. Si estabas sentado en su sitio habitual, te daba 100 dólares para que se lo cedieras. A su última "conquista" le pagaba 200 ó 300 dólares sólo por dejarse invitar a comer, y la invitaba varias veces a la semana. De este modo dilapidó una herencia que le cayó en 1998. Si quería continuar con su tren de vida, pensó, no tenía más remedio que matar a su mujer, con la que llevaba casado 30 años, y cobrar el seguro de vida.
Así comenzó una serie de tentativas que recuerda el argumento de la película "Te amaré hasta que te mate". La primera tuvo lugar el 26 de octubre de 2004. Holcombe rompió la conducción de gas natural del calentador de agua y encendió un fuego en el sótano de la casa, con la intención de provocar una explosión. Pero la mujer olió el humo y apagó el fuego. Parece que no le dio importancia al incidente.
La segunda vez, Holcombe puso en marcha el motor del coche y conectó el tubo de escape al extremo de un tubo de goma que llegaba hasta un agujero en la pared que separaba el garaje de la alcoba. Al cabo de 30 minutos, como su mujer no se moría, Holcombe fue al garaje a investigar. Casi le cuesta la vida. "Me mareé y empecé a vomitar", se le oye contar en la cinta que grabó su hijo.
Vinieron después dos intentos de envenenamiento: uno con Percocet y otro con Benadryl. Otros tantos fracasos.
Holcombe empezaba a desesperarse. Tres meses antes había conocido en el Tiffany's a Misty, una showgirl de 23 años con la que inició una curiosa relación. Le pagaba tan bien por acompañarle a comer que la chica abandonó el striptease y el lap dance. En dos meses, Holcombe se fundió 25.000 dólares con ella. La relación nunca superó el nivel de conversación, o sea que imaginen lo que habría gastado el amigo si la cosa hubiera pasado a mayores. El dinero se le acababa y había que acelerar el cobro del seguro.
De modo que, desconfiando con razón de su competencia criminal, Holcombe decidió intentar por quinta vez el asesinato de su parienta, pero esta vez lo haría con ayuda. Y aquí viene el episodio más asombroso: el cómplice que se buscó era el hijo de la pareja, de 28 años, que pensó que su padre estaba borracho cuando le pidió ayuda para matar a su madre.
Pero cuando el padre se lo propuso por segunda vez, Robert F. Holcombe II comprendió que el viejo iba en serio y acudió a la policía, que le equipó con un micrófono y un transmisor ocultos. Después volvió a la casa y le siguió la corriente a su padre. Le dijo que le ayudaría y le tiró de la lengua. Holcombe I contó la historia de las anteriores tentativas y explicó el plan: esta vez se dejaría de métodos indirectos y atacaría físicamente a la molesta esposa. La mataría de un golpe en la cabeza mientras ella estaba sentada ante el ordenador. Después fingiría que la mujer se había caído por las escaleras. El hijo tenía que ayudarle a subir el cadáver al piso de arriba. Pero antes de matarla -explicó- era preciso envolverle la cabeza en una toalla para evitar que salpicara sangre por todas partes. "Eso lo he visto en la tele", añadió para demostrar que se documentaba debidamente antes de actuar. Poco después era detenido en Cherokee (Atlanta, Estados Unidos). En marzo de declaró culpable y le pueden caer hasta seis años de cárcel
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revista trimestral de crítica de crímenes
especial premios 2006

 

 

 
© E.Cordeiro. 2003