Ayudan a morir a los depresivos
Los violadores de mujeres inconscientes
Pegan a la víctima a una bicicleta
"Es una pena que tu vida vaya a terminar así"
Vino o muerte
Asaltan a mujeres y se llevan su ropa interior


Ayudan a morir a los depresivos

Andrea.
Los fiscales suizos han pedido en junio un endurecimiento de la legislación para las clínicas de suicidio asistido, tras descubrirse que algunos de sus clientes no eran enfermos terminales, los únicos autorizados a recibir asistencia para el suicidio, sino personas que simplemente sufrían una depresión que se podía haber curado con la atención médica pertinente. Las leyes suizas permiten a los médicos proporcionar asistencia pasiva al suicidio a enfermos en fase terminal o que padecen grandes sufrimientos.
Se sospecha que las clínicas autorizadas Dignitas y Exit International, que son las suelen recibir a más extranjeros, no están aplicando el debido proceso para asegurar que los pacientes cumplen la normativa del derecho a morir. Se ha comprobado que algunos pacientes han recibido el cóctel mortífero a las pocas horas de llegar a las clínicas, lo que impediría a los médicos y psicólogos realizar una evaluación detallada del caso y ofrecer el consejo adecuado. También se cree que los pacientes extranjeros tienen mayor facilidad para conseguir informes médicos y psiquiátricos falsos.
La alerta surgió con el caso de una mujer alemana de 67 años que presentó en la clínica certificados médicos que le diagnosticaban una cirrosis incurable, pero después resultó que padecía alcoholismo y depresión, y no cirrosis. El fiscal jefe del cantón de Zurich dice que no están intentando prohibir este "turismo de la muerte", sino controlar más la contratación de servicios de ayuda al suicidio.





Los violadores de mujeres inconscientes

Esther.
Los dos se dedicaban a drogar a chicas para violarlas mientras estaban inconscientes, según los investigadores, pero el millonario japonés tuvo menos suerte porque se le murió una, mientras que sólo una de las supuestas víctimas del australiano sospechaba que había pasado algo raro durante la cita. No se sabe bien qué les daban, pero se cree que los dos llevaban más de una década violando a mujeres inconscientes. Dicen que los dos grababan las violaciones en unas cintas de vídeo que se convirtieron en las principales pruebas de la acusación. El australiano tapaba supuestamente la cara de las mujeres con fotos de una presentadora de televisión y el japonés se tapaba la cara con un máscara del Zorro.

La presentadora Naomi Robson
En junio, la policía del estado de Victoria (Australia) ha detenido a un hombre acusado de drogar y violar a más de una docena de mujeres sobre las que ponía fotos de la presentadora de televisión Naomi Robson mientras perpetraba la violación. Creen que las agresiones se registraron entre 1995 y 2006 en una casa en Melbourne y otra situada en la Península de Mornington, en la playa.
John Nicholous Xydias, de 43 años, era cocinero en un restaurante en el que la policía investigaba la existencia de una cámara de vídeo en el cuarto de baño de mujeres. Las pesquisas les condujeron a la vivienda de los padres del cocinero, que todavía no se ha emancipado. Al parecer, allí han encontrado 90 vídeos en los que se recogen imágenes de agresiones sexuales a numerosas mujeres que aparentemente estaban inconscientes y sobre las que aparecían fotos de la presentadora. La novia del acusado, con la que lleva nueve años, contó que se habían conocido a través de un teléfono de hacer amigos y que sabía que cada vez que se separaban (porque ella se quería casar y él no) él tenía relaciones con otras chicas con las que contactaba a través de los mismos teléfonos. La policía sospecha que drogó a algunas en esas citas y que después las violó y lo grabó en vídeo. Tras conocerse la noticia, empezaron a aparecer mujeres que querían comprobar si habían sido violadas durante su encuentro con un desconocido. De momento, le han denunciado 7 que aparecen en las cintas. Sólo una de ellas sospechaba que había ocurrido algo extraño en la cita. La policía cree haber identificado a 18 mujeres distintas y que puede haber más víctimas en otros estados de Australia y Nueva Zelanda.
Los investigadores sospechan que este hombre puede ser también el violador del "Hot Chocolate" (leche con Colacao o similares) que asaltó a una veintena de mujeres en los años noventa. Éste conocía a chicas en cafés y discotecas y se ofrecía a llevarlas a casa en coche. De camino, paraba para invitarlas a un "hot chocolate", en el que disolvía un sedante, y después las violaba. Es el mayor violador del estado de Victoria. Si el detenido es culpable de todas las agresiones de las que es sospechoso se convertirá en el mayor violador en serie de Australia.


Por su parte, el millonario japonés ya ha dejado de ser sospechoso porque en abril ha sido condenado a cadena perpetua por violar a nueve mujeres entre febrero de 1992 y junio de 2000 y matar a una australiana, Carita Ridgway, de 21 años. Al empresario de la construcción Joji Obara, de 54 años, también le acusaron de matar a la británica Lucie Blackman, pero le absolvieron de este último crimen por falta de pruebas.
El millonario conocía a extranjeras que trabajaban en bares de Tokio, las drogaba y después las violaba. En su casa encontraron 200 cintas de vídeo en las que Obara aparecía enmascarado violando a las mujeres. Cuatro víctimas eran japonesas y las otras cinco, extranjeras, lo que se convirtió en un problema añadido para el violador con la presión de las autoridades británicas y australianas.
En 1992 se llevó a Carita Ridgway a su apartamento, donde le suministró drogas, le puso en la cara una toalla empapada en cloroformo y después la violó. La chica estuvo varios días desaparecida hasta que un desconocido la dejó en un hospital, donde falleció de una dolencia hepática. Los vídeos de Carita muestran que la chica estaba inconsciente y tenía convulsiones mientras la violaba.
Lucie Blackman desapareció en Tokio en julio de 2000, después de decir en el bar en el que trabajaba que se iba con Obara. Un año después, su cadáver descuartizado apareció en una cueva, pero no se pudieron determinar las causas de la muerte.
Los padres de Joji Obara eran inmigrantes coreanos. Nació en 1952 y se llamaba King Sung-jong. Su padre se hizo rico con un negocio de transportes, y el hijo estudió Derecho en la Universidad de Tokio, se cambió el nombre y se hizo la cirugía estética, para parecer más japonés, y consiguió la nacionalidad. Se dedicó a vivir como un play boy y perdió gran parte de su fortuna cuando estalló la burbuja inmobiliaria japonesa en los años noventa.





Pegan a la víctima a una bicicleta

Le dejaron pegado a la bicicleta
Andrea. Ser víctima de un asalto en Johannesburg no es nada nuevo si se considera que Sudáfrica es uno de los tres países más peligrosos del mundo, con más de 300 asesinatos al día. Lo malo es que además te toquen unos delincuentes graciosos con ansias de originalidad, como le pasó en mayo al residente de un lujoso barrio, quien fue secuestrado en la calle en pleno día y obligado a volver a su casa en compañía de sus secuestradores. Una vez allí, además de robar todo lo que pudieron y beberse el whisky del anfitrión, lo desnudaron y decidieron fijarlo a una bicicleta estática de ejercicios. Usando un potente pegamento, el hombre quedó pegado al asiento, y por pies y manos, al manillar y los pedales. Además, para que no gritara también le pegaron los labios. Y en esa incómoda posición lo descubrió su mujer tres horas más tarde. Tan fuerte era el pegamento que los paramédicos tuvieron que usar químicos con vaselina para poder deshacerlo y separar a la víctima de su bicicleta.




"Es una pena que tu vida vaya a terminar así"

Esther.
El remitente del e- mail dice ser un asesino a sueldo al que han contratado para matarte. "Es una pena que tu vida vaya a terminar así", se titula el mensaje. El supuesto asesino pide entre 30.000 y 80.000 dólares USA al receptor del mensaje por su vida. Explica que sus amigos han ofrecido dinero por su cabeza y que hay personas que vigilan sus movimientos. Es el nuevo cyber timo que se ha detectado en Estados Unidos. Entre diciembre de 2006 y junio de 2007, el FBI ha recibido un centenar de denuncias similares. Uno de los denunciantes recibió además un segundo e- mail con sus datos personales.




Vino o muerte

Andrea.
Un nuevo grupo guerrillero ha surgido en Francia, aunque a diferencia de las guerrillas de otros países, ésta no tiene reivindicaciones de tipo nacionalista, étnico o político, sino con el vino. El grupo que se hace llamar CRAV (por Unión de Acción Vitivinícola de la región de Languedoc) está formado por pequeños productores de vino inconformes con su situación. En junio ha lanzado un ultimátum al gobierno francés que coincide con el centenario de otra revuelta relacionada con el vino que terminó con seis rebeldes vitivinícolas muertos por disparos del ejército.
Los guerrilleros defienden el vino
El grupo quiere llamar la atención sobre lo duro que es dedicarse a producir vino: el precio ha disminuido en los últimos años, los intermediarios se quedan con la mayor parte de los beneficios, la tasa de consumo se ha reducido debido a las leyes contra el alcohol, los supermercados venden vino más barato de otros países y encima tampoco se benefician del alto precio que cobran los restaurantes por el vino (15 euros por litro de vino comprado a 1,50 euros aproximadamente) a sus comensales. Algunos productores de vino dicen que ya no pueden mantener a sus familias con lo que ganan, e incluso algunos se han suicidado, por lo que exigen al gobierno que haga algo, aunque seguramente no lo que propone Bruselas. La Unión Europea les sugiere eliminar 200.000 hectáreas de vides porque la región produce mucho más vino del que puede vender en el competitivo y globalizado mercado.




Asaltan a mujeres y se llevan su ropa interior

Roban bragas
Andrea. La ciudad de Pereira (Colombia) está conmocionada por una banda de ladrones que se ha hecho famosa por asaltar a mujeres para robarles la ropa interior. La banda, bautizada como "los ladrones de bragas", no suele hacer daño a sus víctimas, a quienes les roba los artículos de valor que lleven encima además de su ropa interior. La policía los ha descrito como "maníacos sexuales", a lo que habría que añadir madrugadores, pues suelen elegir a sus víctimas entre las mujeres que esperan el autobús para ir al trabajo o a la universidad entre las 5 y las 7 horas de la mañana. Un grupo de psicólogos ya se presta a estudiar el caso único en el mundo.




 


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