Un camionero en paro vende el Hotel Ritz de Londres

Esther. Tony Lee, un camionero en paro de Gran Bretaña, se presentó un buen día ante el empresario inmobiliario Terry Collins para ofrecerle a mitad de precio el Hotel Ritz de Londres, propiedad de los hermanos Barclay. Lee, que decía actuar en nombre de los propietarios, pedía 250 millones de libras esterlinas por un edificio valorado en 600 y que la operación se mantuviera en secreto por la conocida discreción de los hermanos millonarios. Era una operación exclusiva y secreta que bautizaron como Proyecto Notting Hill.
Pedía 250 millones de libras por el Ritz
En plena negociación, el camionero le dijo a Collins que se había reunido con los Barclays en Gibraltar y que le habían dicho que había otro comprador interesado por lo que Collins debía abonar un depósito para no perder la exclusividad y poder tener acceso a la documentación que estipulaba las condiciones de la compraventa. El empresario inmobiliario debía pagar un millón de libras a un contratista que supuestamente trabajaba para los propietarios. El dinero se le reembolsaría si finalmente no llegaban a un acuerdo. Collins se puso entonces en contacto con el millonario holandés Marcel Boekhoorn que decidió financiar la operación. Sus asesores seguían estudiando las condiciones de la compra cuando en enero de 2008 Lee aumentó el precio de la ganga a 470 millones de libras, alegando que los hermanos querían incluir otros edificios en el lote del Ritz. Pero parece ser que Collins sólo estaba interesado en la ganga del hotel y remitió una carta al supuesto intermediario solicitando la devolución del depósito que, según dice, todavía no ha recibido.
En abril un juzgado de Londres rastreó el destino del dinero: cambiar de coche fue lo primero que hicieron Tony Lee y el supuesto contratista de los Barclays, según los investigadores. Al parecer, Lee se compró un Land Rover y su amigo Patrick Dohan, un contratista en paro desde 2000, se compró un Mercedes. Los dos son insolventes y de momento no han dicho dónde está el resto del dinero.


Monumentos en venta
Más audaz fue el escocés Arthur Ferguson que en 1925 vendió el Palacio de Buckingham por 2.000 libras esterlinas, el Big Ben por 1.000 y la Columna de Trafalgar por 6.000 a turistas norteamericanos. Estos ciudadanos le debieron parecer un filón y emigró a Estados Unidos donde intentó alquilar la Casa Blanca a un ganadero de Texas y le detuvieron por intentar vender la Estatua de la Libertad a un australiano.
Otro vendedor famoso fue el checo Victor Lustig que en 1925 vendió dos veces la Torre Eiffel. Leyó en un periódico que el gobierno estaba preocupado por el coste de mantenimiento de la torre que inicialmente fue construida como una obra temporal para la Exposición Universal de 1889. Aprovechando la noticia, Lustig se puso en contacto con chatarreros a los que, haciéndose pasar por funcionario, les ofreció participar en una puja por la torre.
A lo largo de su vida, Lustig fue detenido en 47 ocasiones por diferentes timos. Su última condena le llegó en 1945 por poner en circulación 134 millones de dólares en billetes falsos
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