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La policía cree que abusaba sexualmente de las mujeres, las estrangulaba, despedazaba los cadáveres y guardaba los trozos en bolsas de plástico. Parece ser que las víctimas se parecían a la madre del periodista, que falleció recientemente y se llevaba mal con el hijo especialmente desde que el padre se suicidó en 1990. Tres días después de su detención, Taneski se mató sumergiendo la cabeza en un cubo de agua en la cárcel de Tetovo. Excusatio non petita, accusatio manifiesta Esther. La famosa locución latina llevó a la cárcel a dos profesionales del delito, una abogada y un guardaespaldas proveedor de porteros de discoteca, y de rebote casi se lleva por delante a mismísima presidenta del Tribunal Constitucional de España y a una famosa presentadora de televisión. La abogada y el guardaespaldas protagonistas hicieron eso, dar una explicación que nadie les pidió al asesinato del ex marido de la letrada. Ella, única enemiga conocida del fallecido, se fue a un programa de televisión a contar que su ex marido jugaba a juegos de rol (una actividad que tiene mala prensa en España desde que en 1994 unos jóvenes mataron a un trabajador en el marco de uno de estos juegos), y él fue a declarar voluntariamente en comisaría que el muerto jugaba a juegos de rol. Hasta entonces, nadie había relacionado al guardaespaldas con el crimen y la excusatio non petita puso a los investigadores sobre la pista. Consiguieron una autorización judicial para pinchar los teléfonos del guardaespaldas y poco a poco la historia empezó a salir a la luz. Finalmente, las indiscreciones telefónicas se los llevaron por delante y pusieron en entredicho a la presidenta del Constitucional y la presentadora. Si es que por algo Bernardo Provenzano, el Capo di Tutti Capi, no usaba nunca ningún tipo de teléfono. El asesinato del informático
La familia del informático y su nueva pareja sospecharon desde el principio de su ex mujer, la abogada Dolores Martín Pozo, de 37 años, con la que desde febrero de 2002 mantenía una encarnizada batalla legal por la custodia de su hija, y con el tiempo los investigadores se dieron cuenta de que, aparentemente, ésta era el único enemigo del fallecido. De hecho, el hombre había llegado a denunciar que su ex mujer le había amenazado de muerte y que unos desconocidos habían intentado provocarle un accidente en la carretera. El 15 de marzo se notificaba oficialmente que se le había concedido la custodia de la niña a un padre que había muerto la víspera. Al día siguiente, el 16 de marzo, la abogada acudía a un programa de Telemadrid en el que fue entrevistada por la periodista Nieves Herrero, a la que le contó que su ex marido era aficionado a los juegos de rol. Posteriormente, uno de los clientes de la letrada, el guardaespaldas Eloy Sánchez Barba, acudió motu proprio a comisaria para declarar que el fallecido jugaba a juegos de rol y había tenido problemas con una compañera de trabajo. La policía descubrió que la abogada figuraba como apoderada de una empresa de seguridad de Sánchez Barba que ofrece servicios de guardaespaldas y la contratación de porteros de discoteca y locales nocturnos. La declaración voluntaria fue lo que puso a los investigadores sobre la pista. Los agentes pidieron autorización judicial para pinchar los teléfonos de los sospechosos y los registros de llamadas de los repetidores de telefonía móvil de Ciempozuelos. El 20 de mayo de 2008, detuvieron a la letrada, al guardaespaldas y un amigo de éste, acusados de complicidad en el asesinato del informático y al presunto autor del crimen. La llamada del Constitucional El 17 de abril de 2007 la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, llamó por teléfono a Dolores Martín que, al parecer, es hija de un fontanero que trabajaba en el edificio en el que residían sus padres. El marido había fallecido un mes antes, pero la presidenta del Alto Tribunal no lo sabía. La llamada fue grabada por la policía. La presidenta del Constitucional llama para interesarse por el estado del procedimiento sobre la custodia de la niña. Entre otras cosas le dice: "Siempre podrá provocar usted, su abogado lo sabe, alguna nueva actuación judicial que le permita llegar al Tribunal Constitucional en amparo, no", en un fragmento de la conversación recogida íntegramente en el diario El País. Tras enterarse por su interlocutora de que el marido había sido asesinado y que sospechan de ella, la actitud de Casas parece ser más cauta, pero a pesar de todo se despide diciendo: "Si alguna vez va en amparo, pues ya me vuelve a llamar". (Los recursos de amparo los resuelve el Tribunal Constitucional del que María Emilia Casas es presidenta. Se refieren a la violación de derechos y libertades. Por ejemplo, se puede presentar un recurso de amparo por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva, porque la actuación de un juez ha producido indefensión.) La llamada en cuestión hizo que la jueza encargada de la investigación del asesinato de Miguel Ángel Salgado remitiera la grabación al Tribunal Supremo para que resolvieran si se trataba o no de asesoramiento ilegal. El Partido Popular y muchos medios de comunicación solicitaban su dimisión, pero finalmente el Supremo decidió archivar el caso. La llamada del corazón Por otro lado, en el teléfono del guardaespaldas se registró otra llamada inesperada. La interlocutora era Ana Obregón, una conocida presentadora de televisión de mediana edad, protagonista habitual de las revistas del corazón por la peculiaridad de sus noviazgos. Según parece, pretendía contratar a unos delincuentes a través de Eloy Sánchez Barba para que le dieran una paliza a Jaime Cantizano, otro presentador de televisión que había hablado del hijo de Ana Obregón en el programa de cotilleos sobre famosos en el que trabaja. Por lo visto, la presentadora pretendía que el guardaespaldas contratara a una banda de delincuentes conocida como "Los Miami" que actualmente está en decadencia. Roba a su jefe y lo pone de referencia laboral Andrea. Sharon Platt, una mujer de 47 años residente hasta hace poco en Williston (Dakota del Norte, EE.UU.), está acusada de robar 5.000 dólares USA a Murphy Motors, la empresa donde trabajaba. Abandonó dicha localidad en busca de nuevos aires y se trasladó a Pittsburgh (Pennsylvania), donde Sharon se vio en la necesidad de buscar un nuevo trabajo (con tanta inflación 5.000 dólares no dan para mucho), pero al enviar una solicitud de empleo no se le ocurrió nada mejor que poner a Murphy Motors como referencia laboral. Sea por mala memoria o por estupidez, el error ya estaba hecho y cuando en mayo llamaron a la empresa estafada para comprobar los datos de la mujer, los encargados de Murphy Motors alertaron a la policía que procedieron a arrestarla en la dirección indicada en el currículo. Ladrones poco oportunos coinciden con la policía
Todo esto ocurrió en mayo en Melton (Australia), una población a 45 kilómetros de Melbourne. La policía sospechaba que en la casa se cultivaba marihuana y varios agentes se presentaron en la casa con una orden de registro. Detuvieron a un joven de veintitantos años que vivía allí y empezaron a buscar. En eso estaban cuando por una ventana entraron dos nuevos personajes no invitados: una pareja de ladrones dispuesta a hacer un trabajito nocturno, que se llevó la sorpresa de su vida. Al ver la casa llena de policías, todavía tuvieron reflejos para huir, pero fueron detenidos dos días después, lo que parece indicar que la policía los conocía, o bien dejaron abundantes indicios de su identidad. No se sabe si los cacos, también veinteañeros, buscaban dinero o droga. Lo que está claro es que no poseen el don de la oportunidad. Pueden consolarse pensando que sólo se les podrá acusar de allanamiento de morada. Eso sí, con testigos más que de sobra. La avaricia rompe el saco, incluso en Fort Worth Juanma. Charles Ray Fuller, de 21 años, le robó presuntamente un cheque a la madre de su novia, lo extendió a su nombre y trató de cobrarlo en un Chase Bank de Forth Worth, Texas, en abril. Al cajero del banco, el cheque no le pareció normal. Posiblemente influido por la proximidad de las ingentes reservas nacionales de oro, a Fuller se le fue un poco la mano al rellenar la cantidad que pretendía cobrar: nada menos que 360.000.000.000 dólares (sí, trescientos sesenta mil millones de dólares, han leído bien). Los empleados del banco decidieron llamar a la propietaria del cheque. La mujer dijo que Fuller era el novio de su hija y que no tenía permiso para llevarse el cheque y cobrarlo. En vista de lo cual, el banco llamó a la policía y ésta detuvo al ambicioso por "sospecha de fraude". Para colmo, el presunto defraudador llevaba en los bolsillos una pistola con su cargador y dos onzas (unos 50 gramos) de marihuana. Es posible que esto último también tenga algo que ver con su desmesura en la utilización de ceros. Pero Charlie Ray mantuvo el tipo, asegurando a la policía que la madre de su novia le había ofrecido el dinero para que pudiera fundar un sello discográfico. Parece que el asunto indie se está poniendo caro. Por suerte, las fianzas salen un poco más baratas. A Fuller le bastó con depositar 3.750 dólares para salir en libertad provisional. Atracador pregunta a la prensa cómo llegar al banco Andrea. Con la cantidad de servicios de localización disponibles -desde un simple mapa pasando por Google maps, GPS, y otros- parece un poco anticuado tener que preguntar a los transeúntes cómo llegar a un sitio. Si ya encima quieres saber cómo llegar hasta un banco que pretendes asaltar nadie te quita la imagen de falta de profesionalidad. Esta falta de previsión es obra de un joven no identificado de 19 años que en abril fue acusado de robo con agravantes en Cleveland (Ohio, EE.UU.). Además de la imprudencia en sí, la mala suerte quiso que las personas elegidas para pedir indicaciones fueran nada menos que una periodista y un fotógrafo que trabajaban en ese momento en un reportaje. Además, la persona que preguntó ni siquiera fue el acusado, sino el conductor del vehículo al que tenía amenazado con un arma y quien, al preguntar cómo llegar al banco, pudo indicar mediante señas su situación a los profesionales de la prensa que llamaron a la policía y siguieron al vehículo hasta que fue detenido. El delincuente más tonto de Leeds Juanma. La policía de Leeds (Inglaterra) está encantada con la inestimable cooperación de Andrew Kellett, de 23 años, presunto adicto a la conducta antisocial y a YouTube. El tal Kellett colgó en la Red más de ochenta vídeos en los que aparecían él y otras personas quebrantando la ley de muchas maneras diferentes: tomando drogas, haciendo carreras ilegales de coches a más de 220 km/h, robando gasolina y negándose a pagar un taxi, entre otras. Le detuvieron en mayo. Aunque algunas autoridades se han referido a Kellett como "el delincuente más tonto de la ciudad", lo cierto es que no caben en sí de gozo, y así lo ha declarado un miembro de la junta de seguridad de Leeds: "En los tres últimos años hemos logrado que la delincuencia en Leeds disminuya un 32 por ciento. Si hubiera más delincuentes tan cooperativos como él, la ciudad sería aun más segura". Andrés Pajares asalta un despacho de abogados
Huye en su camioneta de helados
Y otro traficante que llama a la policía Juanma. El primer caso nos sorprendió. Ahora, a base de repeticiones, empezamos a sospechar que los traficantes de drogas, sobre todo si son jóvenes, confían plenamente en el servicio policial y esperan que les ayude a resolver los tropiezos de su arriesgado negocio. El último caso se dio en abril en Seaford (Oregón), donde Christopher Canonico, de 23 años, llamó a la policía para denunciar que había sido víctima de un robo en el parque. La eficaz policía de Seaford no tardó en detener a un hombre y dos mujeres, de 27, 25 y 20 años, y tomarles declaración. A continuación, procedió a detener también a Canonico, al que se le había olvidado mencionar algunos detalles del robo. Por ejemplo, que había quedado con las dos chicas para venderles heroína. Que las llevó en su coche al parque y que fue mientras estaban haciendo la transacción cuando Adam Lang, el hombre de 27 años, que estaba compinchado con las mujeres, se acercó al coche y apuntó a Canonico con una pistola. Los tres compinches huyeron con la droga, el teléfono móvil y la cartera de Canonico, que contenía 340 dólares. Inmediatamente, Canonico llamó a la policía. Ahora, Canonico está acusado de posesión y venta de sustancias ilegales, y Lang de posesión de heroína (robada), atraco a mano armada y posesión ilegal de armas. Las dos chicas sólo están acusadas de robo. No llegaron a "poseer" la heroína. |
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