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bimensual de crítica de crímenes / número 7- enero
2005
Crítica
de crímenes
Asesino
confeso brasileño exonera a reos satánicos
Esther. En
diciembre de 2003 la policía detuvo a Francisco das Chagas Rodrigues
de Brito, un mecánico de bicicletas de 39 años, acusado
de haber matado y castrado al adolescente Jonathan Silva Vieria en San
Luis (Maranhao, Brasil). Tres meses después, los investigadores
encontraron tres esqueletos en un barranco a 20 metros de su casa y decidieron
preguntarle por el hallazgo. El mecánico confesó entonces
haber matado a 42 niños, de 4 a 15 años, en San Luis y Altamira
(Pará, Brasil). El reo dio numerosos detalles sobre las víctimas
y su modus operandi (algunos desconocidos para la prensa) y dijo que una
voz en su cabeza le decía que debía matar. La mayoría
de los cuerpos aparecieron castrados y mutilados.
Con su confesión, Rodrigues de Brito se convertiría en el
mayor asesino en serie de Brasil y se colocaría en un lugar destacado
dentro de la clasificación internacional. De momento, en diciembre
de 2004, le han acusado formalmente de siete asesinatos y siguen investigando.
Otros condenados
El mecánico empezó atacando supuestamente a tres niños
en Altamira, a los que dejó con vida, aunque castrados. Su primer
crimen se remonta a 1989 y el intervalo máximo que transcurrió
entre asesinatos fue de un año, según su confesión.
También dijo que había vivido en Altamira entre 1977 y 1993,
que entre 1991 y 1992 pasó varios meses en San Luis y que en 1994
se trasladó definitivamente a esta ciudad y sus desplazamientos
coinciden exactamente con oleadas de crímenes en ambas poblaciones.
Los agentes se dieron cuenta de que había un castrador- asesino
suelto, pero detuvieron a otros sospechosos.
En principio, los supervivientes castrados reconocieron a otro hombre
como su agresor, lo que le valió el sobrenombre de "El Monstruo
de Altamira". Este señor ingresó en prisión
y, tras su liberación, apareció muerto en extrañas
circunstancias.
Después surgió la teoría de la secta que se entretenía
con rituales satánicos. A finales de 2003 se celebraron diversos
juicios en Altamira con seis acusados que formarían parte del supuesto
grupo demoníaco. Cinco de ellos fueron condenados a penas que,
en algunos casos, superaban los 50 años de cárcel. Entre
los reos había dos médicos y un ex policía (al que
también habían identificado dos de los supervivientes).
La
principal acusada, líder de la secta argentino- brasileña,
fue la única absuelta por falta de pruebas. Al parecer, la supuesta
secta es un grupo pro marcianos que, en principio, no tiene nada que ver
con la adoración al diablo.
Por otro lado, la policía de San Luis también se dedicó
a detener a sospechos de sus crímenes y hay un hombre condenado
a 19 años de cárcel por haber castrado y matado a dos niños
(uno de ellos era el hijo de su novia).
La distancia entre Altamira y San Luis dificultó que se estableciera
una conexión entre los muertos castrados.
A pesar de la confesión de Rodrigues de Brito, la mayoría
de los familiares de las víctimas de Altamira se oponen a la liberación
de los condenados y creen que de ser culpable el mecánico de bicicletas,
sería un integrante más del supuesto grupo satánico.
Sostienen que las mutilaciones revelaban una gran destreza y que tiene
que haber un profesional detrás. (Parece que en el planeta existe
la creencia generalizada de que los médicos están descuartizando
cadáveres todo el rato, por lo que adquieren una gran pericia en
la materia).
Veinte
años para el mayor asesino en serie de Brasil (adegüello,
enero 2007)
Grupos
de satánicos asesinos
Si se confirma
la versión de Rodrigues de Brito, la historia se convertiría
en un nuevo caso de grupo satánico asesino que se convierte en
un fiasco.
Según informó la BBC, en Gran Bretaña expertos criminalistas
han criticado en diciembre a la policía por enviar a treinta agentes
a un curso para identificar algo que en realidad no existe: los abusos
satánicos rituales en niños. Seguramente tienen razón,
porque la idea de que existen actualmente grupos de personas aparentemente
normales que se dedican al satanismo asesino es más bien una fábula
de terror, que por el hecho de estar muy extendida no se convierte en
realidad.
El abogado encargado del curso contestó que, en su opinión,
sí existían estos abusos porque víctimas que no se
conocían habían descrito rituales similares. El problema
del razonamiento es que que las alucinaciones del esquizofrénico
paranoide son también muy similares, aunque los enfermos no se
conozcan y vivan en diferentes países.
Hay trastornados aislados que, en un momento dado, matan a alguien siguiendo
las pautas de lo que ellos creen es un rito demoníaco y hay muchas
personas que se creen o dicen ser brujos y que pueden llegar a hacer cualquier
cosa absurda. Pero, de momento, lo de la secta de satánicos que
asesinan sistemáticamente todavía está por demostrar.
A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa
se registró una cierta obsesión en Gran Bretaña y
Estados Unidos con la existencia de abusos rituales satánicos.
Los casos británicos resultaron ser idioteces. Por poner un ejemplo,
se acabó descubriendo que la grabación de una de las supuestas
ceremonias ocultas era un vídeo porno. Los norteamericanos, por
su parte, le pusieron más fantasía al asunto y sus casos
llegaron mucho más lejos.
El padre
endemoniado de Olympia (Washington)
Hasta la primera sentencia condenatoria de Estados Unidos contra un hombre
que llegó a reconocer sus aberrantes rituales satánicos
tiene toda la pinta de ser una gran farsa.
Paul Ingram
era un padre de familia religioso y aparentemente normal hasta que sus
hijas Ericka y Julie, de 22 y 18 años, respectivamente, fueron
a un retiro espiritual en 1988. Allí, Karla Franko se ocupó
de informar a las jóvenes sobre los abusos sexuales. Al regresar
a casa, Ericka le dijo a su madre que había sufrido abusos sexuales
por parte de su padre, durante años, sin que ella se enterara.
Julie corroboró su versión, y las hermanas empezaron a entrar
en detalles en la oficina del Sheriff. Primero hablaron de sus familiares
y después empezaron a hablar sobre numerosos hombres que jugaban
al póquer con su padre, y que después se emborrachaban y
las violaban (a veces, varios a la vez).
Detuvieron a Paul que dijo que no recordaba nada parecido, pero que si
sus hijas lo decían sería verdad, porque ellas no podían
mentir en algo así. "Debo tener un lado oscuro que no conozco",
añadió. Psiquiatras, curas exorcistas y policías
se encargaron de refrescarle la memoria, y al final Paul llegó
a confesar que era el mismísimo Asesino
del Río Verde e incluso identificó a sus compañeros
de rituales. El padre acabó reconociendo que el olvido había
sido un mecanismo de su mente para negarse a sí mismo la realidad
descrita por sus hijas, como le habían dicho los agentes.
Mientras tanto, las aberraciones narradas por las hermanas iban en aumento:
violadas en más de 800 ceremonias satánicas, sacerdotes
con cuernos de vikingo, sangre por todas partes, sacrificios, decenas
de bebés muertos, pis, defecaciones, bestialismo, abortos provocados
por su padre (que las obligaba a comerse los fetos en las ceremonias),
decenas de asesinatos y enterramientos, heridas y cicatrices por todo
el cuerpo que habían obligado a Ericka a pasarse media vida ingresada
en un hospital,... Llegaron a incriminar a treinta agentes de la oficina
del Sheriff en los ritos y también cambiaron su declaración
en cuanto a su madre, a la que acabaron implicando como observadora.
La investigación criminal sobre el grupo satánico de Olympia
costó cerca de un millón de dólares USA. Se llegaron
a utilizar helicópteros con visión nocturna para intentar
descubrir reuniones secretas de los adoradores de Belcebú, sin
ningún resultado.
No aparecieron restos de bebés por ningún lado y no había
ningún cadáver enterrado en los lugares señalados
por las hermanas. Es más, ni siquiera se había registrado
un número inusual de desapariciones. Ericka no se había
pasado media vida en ningún hospital y ningún médico
examinó a las jóvenes para corroborar que tenían
cicatrices o que habían abortado en numerosas ocasiones, ni siquiera
para comprobar que habían mantenido relaciones sexuales con alguien.
Tampoco se tuvo en cuenta que la veracidad de las hermanas ya había
quedado en entredicho cuando en 1983 y en 1985 acusaron a un consejero
de su iglesia y a un vecino por delitos similares, y las denuncias se
archivaron por falta de pruebas. Y el hecho de que todas las descripciones
de un mismo hecho de las hermanas y el padre fueran completamente distintas,
tampoco importó.
Locura colectiva
El Doctor Richard Ofshe, un experto en sectas de la universidad de Berkeley,
dijo que Paul era muy sugestionable y que deseaba complacer a la autoridad.
Ofshe sospechaba que se trataba de un caso de locura colectiva y en su
informe concluyó que no habían existido abusos sexuales.
En una de sus entrevistas con Paul le comentó que sus hijas habían
dicho que también las había violado uno de sus hermanos
delante de él. Paul contestó que no recordaba ese incidente,
y el Doctor Ofshe le dijo que lo meditara en su celda (como había
sucedido con las otras confesiones). Al día siguiente, Paul volvió
contándole los detalles de las violaciones de su hijo, cuando realmente
las chicas habían negado tajantemente que esto hubiera sucedido.
Finalmente, Paul se declaró culpable en 1989 de seis cargos de
violación en tercer grado y accedió a que no se celebrara
un juicio para evitar que sus niñas pasaran por el mal trago de
testificar ante un tribunal. Mientras esperaba la sentencia, Paul llegó
a la conclusión de que nunca había abusado de sus hijas
y así se lo comunicó a los jueces, que le condenaron en
abril de 1990 a veinte años de cárcel.
El escritor Lawrence Wright publicó "Remembering Satan"
(Recordando a Satán), un libro sobre las inconsistencias del caso.
Según los partidarios de Paul, Karla Franko (la responsable de
la charla que desató el culebrón) está convencida
de que es profeta y en el retiro espiritual le dijo a Ericka que estaba
segura de que ella era una víctima de abusos sexuales porque se
lo había dicho el Espíritu Santo.
Ericka recorrió durante años casi todos los programas casposos
de las televisiones norteamericanas contando sus desdichas.
El sheriff del condado de Thurston (Washington) sigue encantado con ser
el primero que ha conducido una investigación criminal anti satánicos
que culmina con una condena.
Paul consiguió salir en libertad en abril de 2003.
Asesino en serie
de los setenta pierde la condicional
Esther.
Coral Eugene
Watts, "The Sunday Morning Slasher" (El Apuñalador del
Domingo por la Mañana), ha sido condenado en diciembre a cadena
perpetua, sin posibilidad de alcanzar la libertad condicional, por un
delito de asesinato en primer grado cometido en 1979 en Detroit (Michigan,
EEUU). La víctima era Helen Dutcher, una mujer de 37 años
que apareció tirada en la calle con doce puñaladas en la
cara, el cuello y el pecho. El Fiscal General de Michigan señaló
que Watts "no volverá nunca a ver la luz del día como
un hombre libre", y el juez Richard Kuhn ha lamentado no haber podido
condenarle a pena de muerte porque no está en vigor en el estado.
De todas formas, con la condena se acaba la carrera contra reloj emprendida
por los fiscales de Texas y Michigan para evitar que Watts se convirtiera
en el primer asesino en serie norteamericano que, tras cumplir condena,
consigue salir en libertad.
Detención
y acuerdo judicial
En 1982 Watts asaltó a Lori Lister, de 21 años, la estranguló
hasta dejarla inconsciente y entró en el apartamento que la chica
compartía con Melinda Aguilar, de 18 años, en el campus
de Houston (Texas). Amenazó a Melinda con un cuchillo, la dejó
inconsciente, maniató a ambas chicas y empezó a llenar la
bañera de agua, entre saltos de alegría y aplausos. Melinda,
que había fingido estar inconsciente, se soltó las ataduras
y se tiró por la ventana de un segundo piso. Los vecinos llamaron
a la policía que detuvo a Watts cuando intentaba huir. Había
empezado a ahogar a Lori Lister.
Watts llamó
por primera vez la atención de la policía en 1974, como
sospechoso del asesinato de Gloria Steele, que apareció con 33
puñaladas cerca de la universidad de Michigan. Más tarde
fue también el principal sospechoso de la muerte de Jeanne Clyne
en 1979 y de las muertes de tres chicas en abril, julio y septiembre de
1980, que le valieron el sobrenombre de "The Sunday Morning Slasher".
La policía de Michigan le puso entonces vigilancia 24 horas, y
el asesino decidió irse a vivir a Houston, donde empezaron a aparecer
jóvenes asesinadas al poco de llegar.
Cuando le detuvieron
en 1982, los investigadores sospechaban que Watts había matado
a entre 26 y 80 mujeres, pero carecían de pruebas de cargo para
sostener la acusación. Entonces, llegaron a un acuerdo judicial
con el detenido que consistía en confesar que había asesinado
a 13 mujeres en Texas y Michigan, a cambio de inmunidad en cuanto a las
muertes y de que sólo se le condenara por robo. De esta forma los
agentes resolvían una decena de crímenes y localizaban los
cuerpos de algunas de las víctimas que figuraban como desaparecidas.
Le condenaron a 60
años de cárcel por un delito de robo con una agravante,
porque el juez consideró que el agua hirviendo en la que pensaba
ahogar a su víctima era una arma mortal. Los fiscales creyeron
en principio que la condena sería suficiente para que
Watts no saliera más de la cárcel, pero el Tribunal de Apelaciones
de Texas lo clasificó como un delincuente no violento (al que se
le podían aplicar los beneficios penitenciarios) porque cuando
se estableció el acuerdo, no se le informó de que podía
aplicársele una agravante. Por buen comportamiento y por su recalificación,
estaba previsto que quedara en libertad en 2006.
Ante esta situación, en enero de 2004, los fiscales hicieron un
llamamiento en los medios de comunicación para encontrar a testigos
de alguno de los crímenes de Watts que no figuraban entre los 13
confesos del acuerdo. Enseguida apareció Joseph Foy, el hombre
que en 1979 se encontró con el cadáver de Helen Dutcher
y que antes de avisar a la policía vio fugazmente la cara de asesino,
según su versión.
Datos biográficos
Coral Eugene Watts es uno de los pocos asesinos en serie negros de la
historia. Nació el 7 de noviembre de 1953 el Killeen, Texas. Cuando
tenía ocho años tuvo meningitis, y el médico que
le atendió dijo que las fiebres padecidas podían haberle
provocado un pequeño daño cerebral. A raíz de la
enfermedad, Watts empezó a tener pesadillas y problemas de sueño.
Cuando tenía
15 años atacó a una mujer. Ésta le denunció,
y el asesino se sometió a tratamiento psiquiátrico. Decía
que soñaba que le atacaban mujeres endemoniadas y que cuando conseguía
matarlas (en sus pesadillas) se sentía mejor.
Trabajó como mecánico de autobuses y en una compañía
petrolera. Tuvo un hijo con una novia y estuvo seis meses casado con otra
mujer. Su ex esposa corroboró que el asesino tenía múltiples
pesadillas y le describió como un hombre un tanto excéntrico
que cortaba plantas y que desaparecía durante cuatro o cinco horas
cada vez que acababan de mantener relaciones sexuales.
Watts solía dar vueltas por la ciudad en coche buscando a su próxima
presa. Atacaba sólo a las mujeres que según él "tenían
al demonio en sus ojos". No las agredía sexualmente. Empleaba
múltiples sistemas para acabar con sus víctimas: las ahogaba,
estrangulaba, apuñalaba, asfixiaba o ahorcaba. Cuando firmó
el acuerdo con la fiscalía dijo que no pensaba confesar todos sus
crímenes porque no quería pasar a la historia como un asesino
múltiple.
Secta
secreta al descubierto en Chile
Andrea.
Una secta religiosa chilena de emigrantes alemanes ha abierto por fin
sus puertas a la prensa en noviembre. Sus miembros vivían dentro
de una finca de gran extensión, aislados de todo contacto con sus
vecinos. El líder, Paul Schaeffer, un enfermero que trabajó
para el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial,
abandonó su país a principios de los sesenta, huyendo de
acusaciones de abusos sexuales contra menores, y decidió fundar
una secta en el sur de Chile a la que bautizó como Colonia Dignidad
(ahora conocida como Villa Baviera).
La secta practicaba una especie de religión inventada por Schaeffer,
basada en el trabajo duro, rezos y cantos, y sus miembros sólo
hablaban alemán (lo que aseguraba un mayor aislamiento). La vida
en la secta consistía en trabajar en los campos, cantar y rezar;
las parejas no estaban bien vistas y si éstas tenían hijos
eran separados de sus padres y criados por la comunidad en su conjunto.
El sexo era algo tabú, excepto para su líder que aprovechaba
la escuela y el hospital, que también prestaba servicios a las
comunidades cercanas, como una fuente de niños a los que "educar"
a su manera. Tanto los niños nacidos en la secta, como los adoptados
de los alrededores, vivían en una gran casa, y el líder
se ocupaba personalmente de su "educación".
Los campesinos alemanes
A pesar de
vivir como campesinos alemanes de principios del siglo veinte, disponían
de helicópteros y modernas medidas de vigilancia (como sensores
de movimiento). Otra característica de Villa Baviera, y quizá
la que le permitió sobrevivir tantos años como un país
aparte, fue la colaboración y cercanía con el régimen
militar del dictador Augusto Pinochet. Se dice que entre campos trabajados
con eficiencia germana había un centro de tortura, al que llegaron
muchos detenidos de la dictadura que, posteriormente, desaparecieron.
Algunos de los ministros del régimen participaban en una asociación
de amigos de Villa Baviera. Esa cercanía con el poder permitió
que Schaeffer escapara de la orden de detención por abusos sexuales
a menores que la justicia chilena había dictado. Se rumorea que
sus "importantes contactos" les avisaban cuando la policía
iba a entrar a buscarlo, dándole tiempo a esconderse.
Pero no sólo en Chile estaban hartos de Paul Schaeffer, ya que
éste también cobraba las pensiones de los ciudadanos alemanes
residentes en la secta. Cuando alguno de ellos fallecía, la secta
olvidaba notificar a las autoridades y seguía cobrando la suculenta
pensión como si nada. Ahora los miembros se encuentran pagando
los gastos judiciales de su desaparecido líder, sin pensiones y
sin apoyo del gobierno chileno. Algunos han vuelto a Alemania y otros
intentan seguir subsistiendo en la finca a la que ahora intentan promocionar
como un centro para practicar turismo rural.
Veinte
años de cárcel para el líder de Colonia Dignidad
(adegüello, julio 2006)
Ponga un hechicero
en su vida y acabe con ella
Esther. Casi
todas las historias de brujos asesinados en África son surrealistas,
pero ésta supera a la media. Obeahon Oyakhire, un hombre de Ozalla
(estado de Edo, Nigeria), llamó a un hechicero- curandero para
que solucionara los problemas de sus hijos que, según parece, no
eran tan espabilados como otros niños del pueblo.
El hechicero resolvió que el propio Obeahon era el problema de
su descendencia porque era mago. Sorprendentemente, el padre reconoció
que se dedicaba a la magia e identificó a compañeros de
rituales. El hechicero, apoyado por algunas autoridades del pueblo, decidió
en noviembre que los magos identificados debían beber un brebaje
capaz de desenmascarar a los amigos de lo oculto. Se supone que la bebida
mata a los magos y es inofensiva para la gente normal (el hechicero dice
que sólo les produce vómitos). Los 25 sospechosos fallecieron
(27, según otras fuentes). Ésta es la versión que
dio Ewon Obi Ailemen, un príncipe de Ozalla, al diario nigeriano
The News. La otra opción que tenían los fallecidos era arder
porque negarte a beber la pócima significa que indudablemente eres
un mago.
Por su parte,
Su Alteza Real R.H.U. Omijeh, un dirigente de la zona, dijo en el diario
Vanguard (de Nigeria) que se trataba de un ejercicio de verificación
de brujería necesario, porque en los últimos cinco años
habían muerto veinte jóvenes del pueblo misteriosamente.
Asimismo, añadió que se habían decantado por la forma
tradicional de solucionar problemas, para evitar que se repitieran los
incidentes de 2002 (cuando un grupo de jóvenes se dedicó
a linchar a los magos y a quemar sus posesiones). Finalmente, Omijeh insistió
en que el brebaje no era veneno porque estaba compuesto por simples hierbas
del campo preparadas delante del pueblo, según él.
Pero, por otro lado, el gobierno del estado de Edo ha mandado arrestar
a un ex policía que participó supuestamente en el ritual
y al hechicero, para investigar los hechos.
Está la cosa como para contratar a hechiceros nigerianos.
(Al parecer, en Nigeria
ser hechicero- curandero está bien visto, pero ser mago no. Hechicero
lo hemos traducido del inglés "witch doctor" y mago de
"wizard". Ambos términos se pueden traducir también
como brujo, pero en Nigeria debe haber una diferencia muy grande entre
estas dos actividades).
Entierran
cinco cadáveres en jardín ajeno
Andrea.
En Londres comenzó en diciembre el juicio contra Kenneth Regan,
William Horncy y Peter Rees por haber asesinado a los cinco miembros de
la familia Chohan, que desapareció misteriosamente en febrero de
2003. Belinda Brewin, propietaria de una finca en Stoodleigh y amiga de
Kenneth Regan, fue la que dio la voz de alarma. La mujer había
ido a Londres por un muy bien pagado trabajo ofrecido por Regan. Al volver
antes de lo previsto, se encontró con Horcy y Rees cavando una
enorme zanja en su propiedad. Ellos le dijeron que estaban limpiando su
desagüe como "regalo sorpresa". Al ver que la mujer no
quedaba muy convencida, los presuntos asesinos volvieron en abril y se
llevaron los cadáveres, que habían enterrado supuestamente
en su jardín, para tirarlos en el mar. Entonces, Brewin, presintiendo
algo extraño, avisó a la policía.
Otra pista que inculpa a los acusados fue una carta de Regan encontrada
dentro del calcetín del señor Chohan. Se cree que el hombre,
intuyendo que lo iban a matar, escondió la carta, con la esperanza
de que la encontraran al analizar su cadáver, implicando así
al asesino. La carta estaba fechada un día antes de la desaparición.
El Señor Chohan dirigía una rentable empresa de importación
y exportación de frutas que interesaba a Regan, quien pensaba usarla
supuestamente como tapadera para el tráfico de drogas. Antes de
morir, Chohan fue obligado a firmar un documento cediendo su empresa a
su presunto asesino. Unos meses después, se encontraron los cuerpos
de Chohan y su mujer en una bahía de la isla de Wight. Los cuerpos
de los dos hijos y de la madre de Chohan continúan sin aparecer.
Acusan
al Monstruo de Machala de matar en España
Esther. Gilbert Antonio Chamba Jaramillo, el Monstruo ecuatoriano
de Machala, ha sido detenido el 1 de diciembre en Lleida (España)
por el asesinato de la estudiante de Derecho María Isabel Bascuñana,
de 21 años. La joven había desaparecido el 24 de noviembre
y su cadáver apareció dos días después, dentro
de una bolsa negra, en el maletero de su coche. Aparentemente, había
sido asesinada con una gasa que le rodeaba el cuello.
El Monstruo tiene 43 años y trabajaba como vigilante del aparcamiento
de unos multicines, cercano a la Facultad de Derecho en la que estudiaba
la víctima. Chamba se ha declarado inocente, y la jueza instructora
decretó la prisión provisional a la espera de juicio.
La magistrada también ha imputado a la hermana y a la novia del
Monstruo por un delito de encubrimiento. Ambas mujeres declararon como
testigos de la defensa, en el juzgado de Instrucción número
2 de Lleida, pero la jueza consideró que podían estar mintiendo
y las volvió a citar para declarar como imputadas.
Los crímenes
de Machala
El Monstruo había sido condenado en Ecuador a 16 años de
cárcel en 1993, por los asesinatos y violaciones de ocho mujeres
que le valieron el sobrenombre. Durante el juicio declaró que mataba
a mujeres por placer y que después mantenía relaciones sexuales
con los cadáveres. Cuando le detuvieron en Ecuador trabajaba como
taxista y anteriormente había estado en el ejército. Mató
a todas sus víctimas por estrangulamiento, y la única que
consiguió salvarse fue una prostituta corpulenta que le identificó.
En 2000 consiguió salir de prisión gracias a un indulto
y emigró e España. Un año después se acogió
a la regularización por arraigo abierta por el gobierno del Partido
Popular. En diciembre se manifestaron 3500 personas en Lleida indignadas
porque se hubiera concedido un permiso de residencia a un asesino en serie.
Condenan
al "Monstruo de Machala" por asesinato (adegüello,
enero 2007)
Caníbal
por despecho
Juanma.
Gumaro de Dios Arias, "el Caníbal Caribeño", no
soporta que rechacen sus proposiciones. Un pobre muchacho que se negó
a mantener relaciones homosexuales con él pagó con su vida
y encima fue devorado.
La policía detuvo a Gumaro el lunes 13 de diciembre en Cancún
(México), al encontrarlo dormido en un barracón, al lado
de un cadáver destripado y descarnado. Gumaro confesó su
crimen, cometido el viernes anterior, y alegó que siempre había
querido saber a qué sabía la carne humana. Por eso, después
de matar al desdeñoso a ladrillazos, se dispuso a cocinarlo.
Gumaro puede tener un pronto peligroso cuando se le contraría,
pero una vez que te mata, hay que reconocer que es muy meticuloso en la
cuestión gastronómica: colgó el cadáver cabeza
abajo para desangrarlo, le sacó las vísceras, lo despiezó
y procedió a asar en una parrilla el corazón, unas costillas
y un riñón. También se hizo un caldo con las vísceras
y sacó filetes del muslo izquierdo, que preparó con una
salsa de chiles verdes, cebolla y tomate. En una hilera de tarros tenía
preparadas otras salsas para condimentar a la víctima.
Todo este trabajo le ocupó el fin de semana entero. Al final, el
sueño pudo con él, y Gumaro se quedó dormido al lado
del cadáver, hasta que fue encontrado y detenido. Un avispado portavoz
de la policía ha declarado que no se descarta que Gumaro tenga
perturbadas sus facultades mentales.
Condenan
al sadomasoquista canario por homicidio
Esther.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas de
Gran Canaria (España) ha condenado en noviembre a Eufemiano Fuentes
a una pena de doce años de cárcel, inhabilitación
absoluta durante el tiempo de la condena, al pago de la cuarta parte de
las costas procesales y a pagar una indemnización a los herederos
de la víctima de 72.000 euros, por un delito de homicidio con una
atenuante por drogadicción por la muerte de María del Carmen
Diepa, en el caso conocido como el "Crimen del Contenedor".
Juan Andrés Medina y Antonio Carmelo Sánchez han sido condenados
a tres años de cárcel, inhabilitación especial para
el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, al pago
de una cuarta parte de las costas procesales y a pagar una indemnización
de 24.000 euros cada uno, por un delito de encubrimiento.
Por otro lado, el Alto Tribunal ha absuelto al procesado Alberto B.J,
que también estaba acusado de un delito de asesinato.
Hechos probados
La sentencia consideró probado que Eufemiano quería mantener
una relación sexual sadomasoquista con tres prostitutas, a cambio
de pagarles 5.000 pesetas (30 euros) a cada una. Y, con esta intención,
entró en contacto con la fallecida y otras dos prostitutas (mujeres
1 y 2) a última hora del día 7 o a primera hora del 8 de
enero de 1994, a través de Juan Andrés ("que mantenía
relaciones de protección con otras chicas dedicadas a la prostitución").
Eufemiano se llevó a las tres chicas a un piso de la zona del puerto
de Las Palmas, donde consumieron diversos estupefacientes antes de empezar
con las prácticas sadomasoquistas. María del Carmen se negó
a realizar algunas de las ocurrencias de Eufemiano, que empezó
a ponerse agresivo como consecuencia del alto consumo de droga, "quemando
con un cigarrillo los pechos y las manos de dos de sus acompañantes,
práctica a la que no accedió María del Carmen",
según la sentencia. A continuación, el hombre pidió
a las prostitutas que le ataran a una silla, y la víctima aprovechó
ese momento para cogerle algunos billetes que tenía en un maletín
o cartera. Eufemiano se soltó entonces las ataduras y le dio un
cabezazo en el rostro a María del Carmen. En ese momento, la mujer
1 intentó huir por un patio de luces y la mujer 2 se escondió
en un congelador. El condenado siguió agrediendo a la víctima
con un palo u objeto cilíndrico, causándole contusiones
en el cráneo y la cara.
Entonces, para desembarazarse del cuerpo, hizo una llamada telefónica,
y acudieron a la vivienda Juan Andrés, Antonio Carmelo y una tercera
persona no identificada (que, según las conclusiones del Fiscal,
era Alberto B.J.). Los tres condenados descuartizaron entonces el cadáver,
utilizando un instrumento tipo sierra, y después arrojaron la cabeza,
los brazos y una de las piernas, junto con ropa de la fallecida y una
camiseta blanca, a un contenedor de basura de la calle Albareda de Las
Palmas. El tronco y la otra pierna fueron abandonados días después
en la calle López Socas.
La Audiencia ha considerado que los forenses no han podido determinar
si la muerte se produjo a consecuencia de los golpes infligidos por Eufemiano
o a consecuencia de la decapitación (de la que serían responsables
los tres encargados del descuartizamiento). Por ello, se inclina hacia
la tesis más favorable para los acusados y condena al sadomasoquista
por un delito de homicidio y a los otros dos hombres por encubrimiento.
En cuanto a la absolución del cuarto acusado, el Alto Tribunal
consideró que no quedó probada la participación de
Alberto en los hechos, ya que nadie le reconoció de forma directa
y se le relacionó inicialmente con el caso debido a su amistad
con Eufemiano. Asimismo, la sentencia señala que "las conversaciones
telefónicas de las que se deduce que conoce el hecho (extracto
de la Policía) no han sido adveradas por la fe judicial".
Eufemiano, Juan Andrés y Antonio Carmelo estaban privados de libertad
provisionalmente desde el 13 de diciembre de 2002 y Alberto estaba actualmente
en libertad provisional, tras haber estado encarcelado entre el 13 de
diciembre de 2002 y el 28 de julio de 2003.
Las
Palmas celebra el juicio de la prostituta decapitada (Adegüello,
noviembre 2004)
Sentencia íntegra publicada en el diario Canarias
7 ( Archivo .pdf ).
El
"Loco del Martillo" confiesa siete crímenes
Esther.
Una tarde de diciembre, Fidel Nina Mamani fue a comprar herramientas de
segunda mano a casa de Alex Maquera, un estudiante de medicina de 25 años,
en Tacna (Perú) y nunca regresó. Su esposa avisó
a la policía esa misma noche. Los agentes fueron a interrogar a
Maquera y se lo encontraron con un cuchillo, un machete, un afilador y
un martillo. Tras registrar el domicilio, encontraron también el
cadáver del desaparecido. Maquera confesó que atacó
al comprador con un martillo y que después lo estranguló
para robarle. Cuando llegaron los policías se disponía a
descuartizar el cadáver.
Ya en comisaría,
el "Loco del Martillo" confesó haber matado en marzo
de 2004 a su hermana, su cuñado, sus tres sobrinos y a una niña
de trece años emparentada con la familia. Según su versión,
necesitaba dinero y decidió robarle los ahorros a la hermana. La
mató a martillazos y después le cortó la yugular.
A continuación, subió al dormitorio donde se encontraba
su cuñado y lo mató a martillazos y cuchilladas. Cogió
el dinero de la habitación y decidió que debía matar
también a sus sobrinos "porque ellos extrañarían
a sus padres y yo no podía permitirlo", según sus palabras
recogidas en el periódico La República.
Haciendo, una vez más, alarde de su enorme consideración,
esperó a que amaneciera y entonces atacó a cuchillo y martillo
a todos los sobrinos y a la niña, a la que además violó
mientras agonizaba.
Después, contrató a unos obreros para que cavaran una fosa
y allí enterró los seis cadáveres. También
se ocupó de escribir cartas a otros familiares haciéndose
pasar por su hermana para ocultar su desaparición. La policía
sospecha que puede ser el autor de otros crímenes.
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