www.adeguello.net / revista bimensual de crítica de crímenes / número 1- enero 2004

Editorial

Nada más que la cruda realidad
Por Thomas De Quincey y unos amigos


Los hijos de De Quincey cabalgan de nuevo. Tras siglos de silencio, el lector tiene por fin en sus manos la primera revista de crítica profesional de crímenes, "tarea que podía ser bastante fácil hace tres o cuatro siglos, cuando el arte era poco comprendido y se conocían pocos modelos de altura; pero en esta época, cuando se han realizado excelentes obras maestras por profesionales, es evidente que el público buscará en el estilo de la crítica que se haga de ellas una perfección en consonancia (...)

Todo en este mundo tiene dos caras. El asesinato, por ejemplo, puede verse por su lado moral (...) o puede verse desde el punto de vista estético, como lo llaman los alemanes, es decir, en relación con el buen gusto (...) La gente empieza a darse cuenta de que en la composición de un bello crimen intervienen algo más que dos imbéciles, uno que mata y otro que es asesinado, un cuchillo, una bolsa y una callejuela oscura. Un designio, señores, la agrupación de las figuras, luz y sombra, poesía, sentimiento, se consideran ahora indispensables para intentos de esta naturaleza".

Y para terminar con las citas del maestro, "permitidme que diga una palabra o dos a ciertos pedantes que se atreven a hablar de nuestra Sociedad (léase revista) como si en su tendencia hubiera algo inmoral. ¡Inmoral! ¡Dios me bendiga, señores! ¿Qué es lo que esa gente quiere dar a entender? Estoy y estaré siempre a favor de la moral y de la virtud y de todo eso, y afirmo y afirmaré siempre (pase lo que pase) que el asesinato es una forma de actuar impropia, altamente inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene en un asesinato tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios muy erróneos (...) Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono de sus deberes. Una vez empezada esta marcha cuesta abajo, no se sabe nunca dónde hay que pararse. Muchos hombres han iniciado su ruina al cometer un asesinato de un tipo u otro, que en ese momento creyeron que no tenía la menor importancia".

Sólo nos queda advertir que, en esta publicación, el lector no encontrará jamás otra cosa que el comentario de la cruda realidad. Convencidos de que ésta supera con mucho a la imaginación más delirante, nunca nos atreveríamos a inventar noticias. De hecho, la abundancia de material verídico nos abruma, obligándonos a pasar por lo alto fechorías muy bien planteadas y realizadas, que bien merecerían un comentario. Los lectores están en su derecho de llamarnos la atención por dichas omisiones, y nosotros agradeceremos mucho la intervención, procurando subsanar el fallo con la mayor prontitud.

Juanma citando a
Thomas de Quincey, "Del asesinato
considerado como una de las Bellas Artes", 1827