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/ revista trimestral de crítica de crímenes / número 25- octubre 2008
Crítica
de crímenes
Creen
que los padres congelaron el cuerpo de Maddie
Esther. El
ex inspector de policía encargado de investigar la desaparición
de Madeleine McCann explica en su libro "Maddie, a verdade da mentira"
que cree que la niña murió de forma accidental, que los
padres congelaron el cadáver y que después lo trasladaron
en el coche que alquilaron 25 días después de su desaparición
para esconderlo. Gonçalo Amaral afirma que la desaparición
fue un montaje basado en los testimonios falsos de la madre y su amiga
Jane Tanner. El ex inspector está convencido de que la madre mintió
al decir que cuando fue a la habitación de Madeleine se encontró
la ventana abierta y de que la historia de Jane Tanner sobre el hombre
al que vio por la calle con una niña en brazos la noche en que
desapareció Madeleine es también mentira. Entre otras cosas,
el policía afirma que no tiene sentido que la madre dejara abierta
la ventana de la habitación de Madeleine tras supuestamente descubrir
que su hija había sido secuestrada (por la ventana) y con sus otros
dos hijos durmiendo en el apartamento. Amaral sostiene que la niña
pudo fallecer accidentalmente al caer de un sofá en el que los
perros encontraron restos de sangre y detectaron la presencia de un cadáver.
Los problemas de esta teoría, que ya nos planteábamos en
Adegüello en octubre de 2007, son el tamaño del congelador
y los viajes del matrimonio McCann. Por un lado, los congeladores de los
apartamentos turísticos no suelen ser muy grandes. En las fotos
de los apartamentos que figuran en la web del Ocean Club aparece en la
cocina una nevera pequeña de dos puertas en la que probablemente
no cabe un cadáver de una niña de tres años sin descuartizar.
El descuartizamiento tampoco parece factible porque mancha mucho (se habrían
encontrado más restos de sangre) y hacen falta instrumentos adecuados:
cuchillos, serruchos,... que la gente no suele llevar de vacaciones. Además,
es difícil pensar que los padres viajaran a Fátima, una
semana antes de alquilar el coche, dejando un cadáver en el congelador
del apartamento.
Por otro lado, Amaral reconoce que sólo hay indicios incriminatorios
contra los padres y señala que un indicio más otro indicio
más otro indicio es una prueba, lo que no es cierto. Los indicios
no dejan de serlo porque haya varios ya que no son determinantes ni verificables
y en muchos casos son simples percepciones subjetivas de investigadores
y testigos que pueden coincidir por puro azar.
El archivo del caso
La fiscalía portuguesa archivó el caso en julio por falta
de pruebas a pesar de que consideran el homicidio como la causa más
probable de la desaparición de Madeleine McCann. Con el archivo,
se levantó el secreto de sumario y se dieron a conocer a la prensa
los detalles de la investigación. Entre otras cosas, se hicieron
públicas las imágenes de los perros que localizaron rastros
de sangre y un cadáver en el apartamento y el coche de los McCann.
Eddie, entrenado para detectar olor a cadáver, y Keela, entrenada
para localizar restos de sangre, identificaron, por separado, el vehículo
alquilado por los McCann entre diez coches estacionados en un aparcamiento
subterráneo. Los dos perros coincidieron en señalar la llave
del coche y el interior del maletero. También localizaron rastros
de sangre y de cadáver en la habitación del matrimonio McCann;
en el cuarto de estar, detrás de un sofá que había
sido cambiado de sitio, y junto a una ventana lateral.
En general, parece que los agentes consideraban que los padres trataban
de ocultar algo, pero no podían determinar si sólo pretendían
evitar que se les acusase de irresponsables o era algo peor. Según
las investigaciones, horas después de la desaparición de
Madeleine los padres y sus amigos rompieron unos libros de la niña
para apuntar en ellos la periodicidad con la que los distintos integrantes
del grupo habían acudido a los apartamentos para comprobar el estado
de los niños. Un hecho que para los investigadores significaba
que en ese momento los padres estaban más preocupados por protegerse
de posibles responsabilidades que por preservar los objetos personales
de su hija que en ese momento sólo había desaparecido. Además,
por esta circunstancia sospechan que los testimonios del grupo sobre las
visitas a los niños pueden ser incorrectos. La reconstrucción
de lo sucedido aquella noche nunca se pudo llevar a cabo porque los amigos
de los McCann no quisieron regresar al Algarve.
Por otro lado, los investigadores consideran que los padres de Madeleine
alteraron la disposición de objetos y muebles en el apartamento
para hacer compatible la desaparición de la niña con la
hipótesis del rapto. Entre otras cosas, creen que fue Kate McCann
quien dejó la ventana abierta tras descubrir que su hija había
desaparecido porque una testigo que pasó por al lado del apartamento
mientras los padres cenaban en el restaurante declaró que la ventana
estaba cerrada. Además, consideran que los padres pusieron el peluche
de Madeleine sobre su cama para que pareciera que había estado
durmiendo porque los perros identificaron olor a cadáver y sangre
en el juguete, pero no en los demás objetos de su dormitorio.
En el Correio da Manha publicaron las 48 preguntas que Kate McCann se
negó a contestar a la policía. No quiso contestar, por ejemplo,
qué vio, qué hizo, dónde buscó o que tocó
la noche del 3 de mayo de 2007 cuando descubrió que su hija había
desaparecido o por qué no le preguntó a los mellizos ni
en aquel momento ni más tarde sobre lo que le había sucedido
a su hermana o si era verdad que en Inglaterra llegó a pensar en
dar la custodia de Madeleine a un familiar y si allí le daba medicación
a los niños.
Los investigadores tampoco se explican por qué los padres de Madeleine
borraron todos los registros de llamadas de sus teléfonos móviles
a excepción de una llamada efectuada desde el móvil de Gerry
al de su mujer el 3 de mayo a las 23:17 horas, poco después de
que se conociera la desaparición de la niña, una llamada
que fue borrada del teléfono del padre y es la única que
aparece registrada en él de la madre.
Por último, a los agentes también les pareció extraño
encontrar en poder del matrimonio manuales utilizados exclusivamente por
la policía, como "La interpretación de un crimen",
en los que se explican los pasos que deben dar los agentes en las investigaciones.
¿Dónde está
Maddie? (Adegüello, octubre 2007)
Engañan
a narcos colombianos con submarino chapuza
Esther. El 11 de agosto de 1898 una boya lanzatorpedos realiza
una inmersión de una hora y media de duración en la Ría
de Vigo (España), alcanzando una marcha de dos millas por hora.
Se trataba de un submarino que había sido diseñado y construido
por Antonio Sanjurjo Badía en tan solo dos meses. Con su invento
pretendía defender la bahía de Vigo de posibles ataques
yankees a raíz de la Guerra de Cuba. Ciento ocho años después,
la noche del 12 de agosto de 2006, aparecía otro submarino en la
ría de Vigo, pero éste no podía navegar. Se trataba
de una chapuza a la deriva que tardó en construirse más
de un año con unos planos de internet. El aparato era un encargo
de narcos colombianos para llevar cocaína desde un buque nodriza
a las costas gallegas. Ahora los gallegos dicen que no pretendían
transportar droga, que sólo querían estafar al cartel colombiano.
Pero la nueva versión es difícil de creer porque, entre
otras cosas, cuando les detuvieron estaban agobiados buscando la manera
de devolver el dinero adelantado por los colombianos para la construcción
del batiscafo.
En noviembre de 2006 detuvieron a ocho hombres acusados de construir el
narcosubmarino que había aparecido en agosto en la Ría de
Vigo (Pontevedra) con los motores en marcha y 4.400 litros de carburante
en el depósito. Se trataba de un submarino artesanal de acero,
de unos 11 metros de eslora y 2 metros de manga, con capacidad para uno
o dos tripulantes y una tonelada de cocaína. Entonces, parecía
que habían estado probando el aparato y se les averió. Ahora,
se cree que los gallegos sabían que el aparato era una chapuza
que no podía navegar y que lo dejaron a la deriva cargado de combustible
para hacer creer a los narcos colombianos que habían sido descubiertos
por la policía.
En septiembre se dio a conocer que el fiscal antidroga Marcelo Azcárraga
tiene previsto pedir penas de entre cinco y diez años de cárcel
para los acusados de construir el primer narcosubmarino gallego por un
delito de conspiración para delinquir.
Los acusados
Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2006 cuando la guardia
civil se percató del traslado de un batiscafo oculto bajo la lona
de un camión en la carretera Vigo- Baiona. En noviembre de ese
año detuvieron a ocho personas implicadas en la construcción
del aparato.
Se cree que uno de los enlaces del cartel colombiano en España,
el venezolano Ángel David Ríos Vargas, que residía
en Majadahonda (Madrid), encargó el proyecto a Francisco Omil Nazara,
vecino de Ponteareas (Pontevedra), de 48 años, que estuvo procesado
en la Operación Nécora y que supuestamente dirige un grupo
de narcos gallegos junto con José Jesús Iglesias Fernández,
un mecánico de coches de 61 años que reside en Vigo. Al
parecer, estos encargaron la construcción del narcosubmarino a
Manuel Clemente Graba, un vecino de Gondomar (Pontevedra), de 53 años.
Se sospecha que el batiscafo iba a ser conducido por Juan Carlos González
Filloy, vecino de Ulldecona (Tarragona) de 45 años y ascendencia
gallega, mientras que J.M.G.R., vecino de Arbo (Pontevedra), de 32, iba
a ser el encargado de llevar el velero que acompañaría al
submarino en su travesía.
Al parecer, los sudamericanos adelantaron 31.000 euros a lo gallegos para
la construcción del aparato y acordaron que la financiación
correría a cargo de dos supuestos traficantes españoles:
Juan Serrano Fernández, vecino de Estepona (Málaga), de
58 años, y Tomás Bengoechea, vecino de Sevilla, de 48, que
entregaron otros 100.000 euros a los gallegos, según los investigadores.
Al parecer, en una nave de Borreiros (Gondomar), Manuel Clemente trató
de emular la hazaña de Sanjurjo Badía construyendo un submarino
artesanal con los planos que encontró en internet. Se cree que
en julio de 2006 los colombianos trasportaron la droga en un barco nodriza
a Galicia, pero el narcosubmarino no llegó a tiempo y el barco
tuvo que regresar a puerto para repostar combustible y abastecerse de
alimentos. Posteriormente, dicen que el buque nodriza volvió a
la costa española porque los gallegos les aseguraron que el submarino
estaba preparado, aunque sabían que era una chapuza. Para intentar
salir del embrollo, se cree que los gallegos decidieron dejar el aparato
abandonado en la Ría de Vigo, haciendo ver que habían sido
descubiertos por la policía. Pero parece ser que a los inversores
no les hizo mucha gracia y no se resignaron a quedarse sin su dinero.
Poco después, los gallegos devolvieron supuestamente a los colombianos
los 31.000 euros adelantados y un BMW, y se cree que cuando les detuvieron,
planeaban el transporte de una gran cantidad de droga para devolver el
resto.
Cocaína para el pueblo y submarinos
artesanales (Adegüello, enero 2007)
Indonesia
a todo morbo
Andrea. La detención de un hombre sospechoso de haber
asesinado a once personas para después enterrarlas en el jardín
de su casa ha causado gran conmoción en Indonesia. El supuesto
asesino en serie indonesio es Very Idam Henyansyah, un parado de 30 años
conocido como Ryan, que fue arrestado en julio después de que la
policía lograse identificar el cuerpo mutilado de una persona que
salió con él. Al parecer, le gustaba que sus víctimas
estuviesen en forma porque varios trabajaban en un gimnasio local.
La historia de este hombre lleva varias semanas en los periódicos
que no se cortan a la hora de publicar fotos de crímenes y accidentes.
Por otro lado, el público no se queda atrás ya que cientos
de personas se han desplazado al pueblo de Jatiwates para ser testigos
de la búsqueda y el levantamiento de los cadáveres enterrados
en el jardín, a pesar del olor. Y no son sólo vecinos a
los que les pilla de paso, sino también personas capaces de recorrer
hasta 640 kilómetros desde la capital, Jakarta. Entre los esforzados
morbosos hay unas mujeres de un grupo de lectura del Corán que
contrataron un autobús desde una ciudad vecina, un hombre que decidió
traerse a su mujer y su hijo de ocho meses en la moto desde una ciudad
situada a 60 kilómetros o un grupo de vecinos de una ciudad situada
a 175 kilómetros que cogieron juntos un autobús para no
perderse la búsqueda de cadáveres. La afición, además,
se extiende a todas las edades: también aparecieron unos niños
de 9 años que llegaron en furgoneta. Y claro, tanta gente ha insistido
en entrar al sitio del suceso que terminaron rompiendo una pared de la
casa del supuesto asesino.
Por su parte, los vecinos aprovechan el morbo para hacer su agosto, unos
vendiendo golosinas y globos y otros alquilando sus patios para que los
turistas aparquen.
Defraudan
a la Seguridad Social por culpa del vudú
Andrea. La culpa es siempre de otro, del chachachá,
de una infancia de traumas o del tiempo; es algo habitual en los juzgados
pero para Remi Fakorede, una mujer de 47 años de origen nigeriano
acusada de estafar al fisco británico, la culpa la tiene el vudú.
Según su teoría, que no ha convencido a los jueces, su familia
fue objeto de una maldición vudú que la habría obligado
a estafar unas 900.000 libras al fisco. Pero claro, con decirlo no basta,
debió pensar, y para dar mayor credibilidad a su historia durante
le juicio sacó de su bolso tres dedos amputados que pertenecían
a uno de sus hijos, causando gran revuelo entre la sala. Después
resultó que el niño había perdido los dedos por una
amputación causada por una enfermedad renal que le produjo gangrena.
En septiembre, Remi Fakorede ha sido condenada a cinco años de
cárcel en Londres por haber hecho 39 solicitudes de "tax credit",
un subsidio que concede el estado para ayudar a pagar la guardería
a padres de bajos ingresos para que puedan volver a trabajar. La mujer
se había inventado veinte nombres distintos y varios hijos, algunos
de ellos discapacitados. Todo ello fue posible porque robó números
del seguro social. Estas estafas las hacía en sus ratos libres
porque dirigía un salón de belleza y poseía dos propiedades
en Londres, una de las ciudades más caras del mundo.
Por otro lado, su hija Denise Shofolawe- Coker, de 21 años, también
ha sido condenada a un año de cárcel por blanquear 70.000
libras y cobrar el subsidio de desempleo mientras trabajaba de peluquera.
Las dos mujeres le han echado la culpa a las "fuerzas del mal"
y una tal "tía Margaret" que había secuestrado
sus identidades durante dichos fraudes, por lo que ellas se habían
visto obligadas a dejarle usar sus cuentas bancarias para cobrar las ayudas
estatales.
Detienen
a más de un centenar de pedófilos españoles
Esther. Ochocientos policías nacionales han registrado
más de doscientos domicilios de 42 provincias con la participación
de doscientos secretarios judiciales en la mayor operación realizada
en España contra la pornografía infantil. La investigación,
iniciada a raíz de una información de la policía
federal de Brasil, acabó en septiembre con 121 hombres detenidos
por tenencia y distribución de pornografía infantil a través
de internet. Los agentes españoles le siguieron la pista al intercambio
en la red de tres archivos con títulos explícitos para pedófilos
como "preteen" (por "preteenager", preadolescente).
Según la policía, dos de los detenidos en Badalona y Cantabria
también producían su propio material pornográfico
con sus sobrinos menores de diez años a los que fotografiaron en
poses sexuales.
Por otro lado, en la Audiencia Provincial de Valencia juzgaron en septiembre
a diez internautas acusados de corrupción de menores y tenencia
de pornografía infantil por descargar vídeos con violaciones
de niños de dos a cuatro años. Los internautas dicen que
no conocían el contenido de los archivos que se descargaron, pero
la policía considera que al descubrirlo tenían que haberlo
denunciado. La mayoría de los acusados pretendían descargar
un archivo pornográfico con el título de "Violaciones
bestiales", pero otros pensaban que se estaban descargando la película
"Va a ser que nadie es perfecto". La investigación se
inició con la denuncia de un internauta que descubrió el
contenido de los archivos. El fiscal solicitó penas de ochos meses
a seis años de cárcel para los acusados.
Magnate
egipcio asesina a estrella del pop
Andrea. Hisham Talaat Moustafa, un millonario egipcio dedicado
al sector inmobiliario, ha sido acusado en septiembre de estar detrás
del asesinato de Suzanne Tamim, una conocida cantante libanesa que se
hizo famosa en 1996 al ganar un programa tipo Operación Triunfo.
El millonario y político había mantenido una relación
sentimental con la cantante que terminó meses atrás. Ahora
Talaat ha confesado que pagó dos millones a un ex-policía
para que la asesinara.
Pero Suzanne Tamim había tenido otros problemas personales bastante
serios, especialmente con su ex marido y representante, Adel Maatouk.
Él le había pedido que dejara el espectáculo y se
dedicase a ser ama de casa, y ella se negó. Ante la negativa, el
marido amenazó con denunciar a cualquiera que le diese trabajo
como cantante ya que él tenía la exclusividad como su representante.
Además, pidió una orden judicial que prohibiera salir a
su mujer del Líbano, algo amparado por la legislación de
ese país. Incluso llegó a interrumpir la grabación
de un video musical y la denunció por ruptura de contrato y robarle
unos 350.000 dólares, acusaciones por las que Tamim pasó
unos días en la cárcel. Y, por último, la acusó
de organizar un plan para asesinarlo. Con este panorama, la mujer se fue
a vivir a Egipto, pero la cosa no le fue mucho mejor.
Tras romper con Hisham Talaat Moustafa, se encerró en casa y cuando
dejó de contestar el teléfono sus amigos sospecharon lo
peor. Poco después la policía encontró el cadáver
de la cantante con varias puñaladas y el rostro desfigurado en
su apartamento de Dubai.
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