|
Asesino confeso brasileño exonera a reos satánicos Esther. En diciembre de 2003 la policía detuvo a Francisco das Chagas Rodrigues de Brito, un mecánico de bicicletas de 39 años, acusado de haber matado y castrado al adolescente Jonathan Silva Vieria en San Luis (Maranhao, Brasil). Tres meses después, los investigadores encontraron tres esqueletos en un barranco a 20 metros de su casa y decidieron preguntarle por el hallazgo. El mecánico confesó entonces haber matado a 42 niños, de 4 a 15 años, en San Luis y Altamira (Pará, Brasil). El reo dio numerosos detalles sobre las víctimas y su modus operandi (algunos desconocidos para la prensa) y dijo que una voz en su cabeza le decía que debía matar. La mayoría de los cuerpos aparecieron castrados y mutilados. Con su confesión, Rodrigues de Brito se convertiría en el mayor asesino en serie de Brasil y se colocaría en un lugar destacado dentro de la clasificación internacional. De momento, en diciembre de 2004, le han acusado formalmente de siete asesinatos y siguen investigando. Otros condenados El mecánico empezó atacando supuestamente a tres niños en Altamira, a los que dejó con vida, aunque castrados. Su primer crimen se remonta a 1989 y el intervalo máximo que transcurrió entre asesinatos fue de un año, según su confesión. También dijo que había vivido en Altamira entre 1977 y 1993, que entre 1991 y 1992 pasó varios meses en San Luis y que en 1994 se trasladó definitivamente a esta ciudad y sus desplazamientos coinciden exactamente con oleadas de crímenes en ambas poblaciones. Los agentes se dieron cuenta de que había un castrador- asesino suelto, pero detuvieron a otros sospechosos. En principio, los supervivientes castrados reconocieron a otro hombre como su agresor, lo que le valió el sobrenombre de "El Monstruo de Altamira". Este señor ingresó en prisión y, tras su liberación, apareció muerto en extrañas circunstancias. Después surgió la teoría de la secta que se entretenía con rituales satánicos. A finales de 2003 se celebraron diversos juicios en Altamira con seis acusados que formarían parte de un supuesto grupo demoníaco. Cinco de ellos fueron condenados a penas que, en algunos casos, superaban los 50 años de cárcel. Entre los reos había dos médicos y un ex policía (al que también habían identificado dos de los supervivientes). La principal acusada, líder de la secta argentino- brasileña, fue la única absuelta por falta de pruebas. Al parecer, la supuesta secta es un grupo pro marcianos que, en principio, no tiene nada que ver con la adoración al diablo. Por otro lado, la policía de San Luis también se dedicó a detener a sospechos de sus crímenes y hay un hombre condenado a 19 años de cárcel por haber castrado y matado a dos niños (uno de ellos era el hijo de su novia). La distancia entre Altamira y San Luis dificultó que se estableciera una conexión entre los muertos castrados. A pesar de la confesión de Rodrigues de Brito, la mayoría de los familiares de las víctimas de Altamira se oponen a la liberación de los condenados y creen que de ser culpable el mecánico de bicicletas, sería un integrante más del supuesto grupo satánico. Sostienen que las mutilaciones revelaban una gran destreza y que tiene que haber un profesional detrás. (Parece que en el planeta existe la creencia generalizada de que los médicos están descuartizando cadáveres todo el rato, por lo que adquieren una gran pericia en la materia). Veinte años para el mayor asesino en serie de Brasil (adegüello, enero 2007) Grupos de satánicos asesinos Si se confirma la versión de Rodrigues de Brito, la historia se convertiría en un nuevo caso de grupo satánico asesino que se convierte en un fiasco. Según informó la BBC, en Gran Bretaña expertos criminalistas han criticado en diciembre a la policía por enviar a treinta agentes a un curso para identificar algo que en realidad no existe: los abusos satánicos rituales en niños. Seguramente tienen razón, porque la idea de que existen actualmente grupos de personas aparentemente normales que se dedican al satanismo asesino es más bien una fábula de terror, que por el hecho de estar muy extendida no se convierte en realidad. El abogado encargado del curso contestó que, en su opinión, sí existían estos abusos porque víctimas que no se conocían habían descrito rituales similares. El problema del razonamiento es que que las alucinaciones del esquizofrénico paranoide son también muy similares, aunque los enfermos no se conozcan y vivan en diferentes países. Hay trastornados aislados que, en un momento dado, matan a alguien siguiendo las pautas de lo que ellos creen es un rito demoníaco y hay muchas personas que se creen o dicen ser brujos y que pueden llegar a hacer cualquier cosa absurda. Pero, de momento, lo de la secta de satánicos que asesinan sistemáticamente todavía está por demostrar. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa se registró una cierta obsesión en Gran Bretaña y Estados Unidos con la existencia de abusos rituales satánicos. Los casos británicos resultaron ser idioteces. Por poner un ejemplo, se acabó descubriendo que la grabación de una de las supuestas ceremonias ocultas era un vídeo porno. Los norteamericanos, por su parte, le pusieron más fantasía al asunto y sus casos llegaron mucho más lejos. El padre endemoniado de Olympia (Washington) Hasta la primera sentencia condenatoria de Estados Unidos contra un hombre que llegó a reconocer sus aberrantes rituales satánicos tiene toda la pinta de ser una gran farsa.
Detuvieron a Paul que dijo que no recordaba nada parecido, pero que si sus hijas lo decían sería verdad, porque ellas no podían mentir en algo así. "Debo tener un lado oscuro que no conozco", añadió. Psiquiatras, curas exorcistas y policías se encargaron de refrescarle la memoria, y al final Paul llegó a confesar que era el mismísimo Asesino del Río Verde e incluso identificó a sus compañeros de rituales. El padre acabó reconociendo que el olvido había sido un mecanismo de su mente para negarse a sí mismo la realidad descrita por sus hijas, como le habían dicho los agentes. Mientras tanto, las aberraciones narradas por las hermanas iban en aumento: violadas en más de 800 ceremonias satánicas, sacerdotes con cuernos de vikingo, sangre por todas partes, sacrificios, decenas de bebés muertos, pis, defecaciones, bestialismo, abortos provocados por su padre (que las obligaba a comerse los fetos en las ceremonias), decenas de asesinatos y enterramientos, heridas y cicatrices por todo el cuerpo que habían obligado a Ericka a pasarse media vida ingresada en un hospital,... Llegaron a incriminar a treinta agentes de la oficina del Sheriff en los ritos y también cambiaron su declaración en cuanto a su madre, a la que acabaron implicando como observadora. La investigación criminal sobre el grupo satánico de Olympia costó cerca de un millón de dólares USA. Se llegaron a utilizar helicópteros con visión nocturna para intentar descubrir reuniones secretas de los adoradores de Belcebú, sin ningún resultado. No aparecieron restos de bebés por ningún lado y no había ningún cadáver enterrado en los lugares señalados por las hermanas. Es más, ni siquiera se había registrado un número inusual de desapariciones. Ericka no se había pasado media vida en ningún hospital y ningún médico examinó a las jóvenes para corroborar que tenían cicatrices o que habían abortado en numerosas ocasiones, ni siquiera para comprobar que habían mantenido relaciones sexuales con alguien. Tampoco se tuvo en cuenta que la veracidad de las hermanas ya había quedado en entredicho cuando en 1983 y en 1985 acusaron a un consejero de su iglesia y a un vecino por delitos similares, y las denuncias se archivaron por falta de pruebas. Y el hecho de que todas las descripciones de un mismo hecho de las hermanas y el padre fueran completamente distintas, tampoco importó. Locura colectiva El Doctor Richard Ofshe, un experto en sectas de la universidad de Berkeley, dijo que Paul era muy sugestionable y que deseaba complacer a la autoridad. Ofshe sospechaba que se trataba de un caso de locura colectiva y en su informe concluyó que no habían existido abusos sexuales. En una de sus entrevistas con Paul le comentó que sus hijas habían dicho que también las había violado uno de sus hermanos delante de él. Paul contestó que no recordaba ese incidente, y el Doctor Ofshe le dijo que lo meditara en su celda (como había sucedido con las otras confesiones). Al día siguiente, Paul volvió contándole los detalles de las violaciones de su hijo, cuando realmente las chicas habían negado tajantemente que esto hubiera sucedido. Finalmente, Paul se declaró culpable en 1989 de seis cargos de violación en tercer grado y accedió a que no se celebrara un juicio para evitar que sus niñas pasaran por el mal trago de testificar ante un tribunal. Mientras esperaba la sentencia, Paul llegó a la conclusión de que nunca había abusado de sus hijas y así se lo comunicó a los jueces, que le condenaron en abril de 1990 a veinte años de cárcel. El escritor Lawrence Wright publicó "Remembering Satan" (Recordando a Satán), un libro sobre las inconsistencias del caso. Según los partidarios de Paul, Karla Franko (la responsable de la charla que desató el culebrón) está convencida de que es profeta y en el retiro espiritual le dijo a Ericka que estaba segura de que ella era una víctima de abusos sexuales porque se lo había dicho el Espíritu Santo. Ericka recorrió durante años casi todos los programas casposos de las televisiones norteamericanas contando sus desdichas. El sheriff del condado de Thurston (Washington) sigue encantado con ser el primero que ha conducido una investigación criminal anti satánicos que culmina con una condena. Paul consiguió salir en libertad en abril de 2003. Asesino en serie de los setenta pierde la condicional
De todas formas, con la condena se acaba la carrera contra reloj emprendida por los fiscales de Texas y Michigan para evitar que Watts se convirtiera en el primer asesino en serie norteamericano que, tras cumplir condena, consigue salir en libertad. Detención y acuerdo judicial En 1982 Watts asaltó a Lori Lister, de 21 años, la estranguló hasta dejarla inconsciente y entró en el apartamento que la chica compartía con Melinda Aguilar, de 18 años, en el campus de Houston (Texas). Amenazó a Melinda con un cuchillo, la dejó inconsciente, maniató a ambas chicas y empezó a llenar la bañera de agua, entre saltos de alegría y aplausos. Melinda, que había fingido estar inconsciente, se soltó las ataduras y se tiró por la ventana de un segundo piso. Los vecinos llamaron a la policía que detuvo a Watts cuando intentaba huir. Había empezado a ahogar a Lori Lister.
Cuando le detuvieron en 1982, los investigadores sospechaban que Watts había matado a entre 26 y 80 mujeres, pero carecían de pruebas de cargo para sostener la acusación. Entonces, llegaron a un acuerdo judicial con el detenido que consistía en confesar que había asesinado a 13 mujeres en Texas y Michigan, a cambio de inmunidad en cuanto a las muertes y de que sólo se le condenara por robo. De esta forma los agentes resolvían una decena de crímenes y localizaban los cuerpos de algunas de las víctimas que figuraban como desaparecidas.
Ante esta situación, en enero de 2004, los fiscales hicieron un llamamiento en los medios de comunicación para encontrar a testigos de alguno de los crímenes de Watts que no figuraban entre los 13 confesos del acuerdo. Enseguida apareció Joseph Foy, el hombre que en 1979 se encontró con el cadáver de Helen Dutcher y que antes de avisar a la policía vio fugazmente la cara de asesino, según su versión. Datos biográficos Coral Eugene Watts es uno de los pocos asesinos en serie negros de la historia. Nació el 7 de noviembre de 1953 el Killeen, Texas. Cuando tenía ocho años tuvo meningitis, y el médico que le atendió dijo que las fiebres padecidas podían haberle provocado un pequeño daño cerebral. A raíz de la enfermedad, Watts empezó a tener pesadillas y problemas de sueño.
Trabajó como mecánico de autobuses y en una compañía petrolera. Tuvo un hijo con una novia y estuvo seis meses casado con otra mujer. Su ex esposa corroboró que el asesino tenía múltiples pesadillas y le describió como un hombre un tanto excéntrico que cortaba plantas y que desaparecía durante cuatro o cinco horas cada vez que acababan de mantener relaciones sexuales. Watts solía dar vueltas por la ciudad en coche buscando a su próxima presa. Atacaba sólo a las mujeres que según él "tenían al demonio en sus ojos". No las agredía sexualmente. Empleaba múltiples sistemas para acabar con sus víctimas: las ahogaba, estrangulaba, apuñalaba, asfixiaba o ahorcaba. Cuando firmó el acuerdo con la fiscalía dijo que no pensaba confesar todos sus crímenes porque no quería pasar a la historia como un asesino múltiple. Secta secreta al descubierto en Chile
La secta practicaba una especie de religión inventada por Schaeffer, basada en el trabajo duro, rezos y cantos, y sus miembros sólo hablaban alemán (lo que aseguraba un mayor aislamiento). La vida en la secta consistía en trabajar en los campos, cantar y rezar; las parejas no estaban bien vistas y si éstas tenían hijos eran separados de sus padres y criados por la comunidad en su conjunto. El sexo era algo tabú, excepto para su líder que aprovechaba la escuela y el hospital, que también prestaba servicios a las comunidades cercanas, como una fuente de niños a los que "educar" a su manera. Tanto los niños nacidos en la secta, como los adoptados de los alrededores, vivían en una gran casa, y el líder se ocupaba personalmente de su "educación". Los campesinos alemanes
Pero no sólo en Chile estaban hartos de Paul Schaeffer, ya que éste también cobraba las pensiones de los ciudadanos alemanes residentes en la secta. Cuando alguno de ellos fallecía, la secta olvidaba notificar a las autoridades y seguía cobrando la suculenta pensión como si nada. Ahora los miembros se encuentran pagando los gastos judiciales de su desaparecido líder, sin pensiones y sin apoyo del gobierno chileno. Algunos han vuelto a Alemania y otros intentan seguir subsistiendo en la finca a la que ahora intentan promocionar como un centro para practicar turismo rural. Veinte años de cárcel para el líder de Colonia Dignidad (adegüello, julio 2006) Ponga un hechicero en su vida y acabe con ella Esther. Casi todas las historias de brujos asesinados en África son surrealistas, pero ésta supera a la media. Obeahon Oyakhire, un hombre de Ozalla (estado de Edo, Nigeria), llamó a un hechicero- curandero para que solucionara los problemas de sus hijos que, según parece, no eran tan espabilados como otros niños del pueblo. El hechicero resolvió que el propio Obeahon era el problema de su descendencia porque era mago. Sorprendentemente, el padre reconoció que se dedicaba a la magia e identificó a compañeros de rituales. El hechicero, apoyado por algunas autoridades del pueblo, decidió en noviembre que los magos identificados debían beber un brebaje capaz de desenmascarar a los amigos de lo oculto. Se supone que la bebida mata a los magos y es inofensiva para la gente normal (el hechicero dice que sólo les produce vómitos). Los 25 sospechosos fallecieron (27, según otras fuentes). Ésta es la versión que dio Ewon Obi Ailemen, un príncipe de Ozalla, al diario nigeriano The News. La otra opción que tenían los fallecidos era arder porque negarte a beber la pócima significa que indudablemente eres un mago.
Pero, por otro lado, el gobierno del estado de Edo ha mandado arrestar a un ex policía que participó supuestamente en el ritual y al hechicero, para investigar los hechos. Está la cosa como para contratar a hechiceros nigerianos. (Al parecer, en Nigeria ser hechicero- curandero está bien visto, pero ser mago no. Hechicero lo hemos traducido del inglés "witch doctor" y mago de "wizard". Ambos términos se pueden traducir también como brujo, pero en Nigeria debe haber una diferencia muy grande entre estas dos actividades). Acusan al Monstruo de Machala de matar en España Esther. Gilbert Antonio Chamba Jaramillo, el Monstruo ecuatoriano de Machala, ha sido detenido el 1 de diciembre en Lleida (España) por el asesinato de la estudiante de Derecho María Isabel Bascuñana, de 21 años. La joven había desaparecido el 24 de noviembre y su cadáver apareció dos días después, dentro de una bolsa negra, en el maletero de su coche. Aparentemente, había sido asesinada con una gasa que le rodeaba el cuello. El Monstruo tiene 43 años y trabajaba como vigilante del aparcamiento de unos multicines, cercano a la Facultad de Derecho en la que estudiaba la víctima. Chamba se ha declarado inocente, y la jueza instructora decretó la prisión provisional a la espera de juicio. La magistrada también ha imputado a la hermana y a la novia del Monstruo por un delito de encubrimiento. Ambas mujeres declararon como testigos de la defensa, en el juzgado de Instrucción número 2 de Lleida, pero la jueza consideró que podían estar mintiendo y las volvió a citar para declarar como imputadas. Los crímenes de Machala El Monstruo había sido condenado en Ecuador a 16 años de cárcel en 1993, por los asesinatos y violaciones de ocho mujeres que le valieron el sobrenombre. Durante el juicio declaró que mataba a mujeres por placer y que después mantenía relaciones sexuales con los cadáveres. Cuando le detuvieron en Ecuador trabajaba como taxista y anteriormente había estado en el ejército. Mató a todas sus víctimas por estrangulamiento, y la única que consiguió salvarse fue una prostituta corpulenta que le identificó. En 2000 consiguió salir de prisión gracias a un indulto y emigró e España. Un año después se acogió a la regularización por arraigo abierta por el gobierno del Partido Popular. En diciembre se manifestaron 3500 personas en Lleida indignadas porque se hubiera concedido un permiso de residencia a un asesino en serie. Condenan al "Monstruo de Machala" por asesinato (adegüello, enero 2007) Condenan al sadomasoquista canario por homicidio
Por otro lado, el Alto Tribunal ha absuelto al procesado Alberto B.J, que también estaba acusado de un delito de asesinato. Hechos probados La sentencia consideró probado que Eufemiano quería mantener una relación sexual sadomasoquista con tres prostitutas, a cambio de pagarles 5.000 pesetas (30 euros) a cada una. Y, con esta intención, entró en contacto con la fallecida y otras dos prostitutas (mujeres 1 y 2) a última hora del día 7 o a primera hora del 8 de enero de 1994, a través de Juan Andrés ("que mantenía relaciones de protección con otras chicas dedicadas a la prostitución"). Eufemiano se llevó a las tres chicas a un piso de la zona del puerto de Las Palmas, donde consumieron diversos estupefacientes antes de empezar con las prácticas sadomasoquistas. María del Carmen se negó a realizar algunas de las ocurrencias de Eufemiano, que empezó a ponerse agresivo como consecuencia del alto consumo de droga, "quemando con un cigarrillo los pechos y las manos de dos de sus acompañantes, práctica a la que no accedió María del Carmen", según la sentencia. A continuación, el hombre pidió a las prostitutas que le ataran a una silla, y la víctima aprovechó ese momento para cogerle algunos billetes que tenía en un maletín o cartera. Eufemiano se soltó entonces las ataduras y le dio un cabezazo en el rostro a María del Carmen. En ese momento, la mujer 1 intentó huir por un patio de luces y la mujer 2 se escondió en un congelador. El condenado siguió agrediendo a la víctima con un palo u objeto cilíndrico, causándole contusiones en el cráneo y la cara. Entonces, para desembarazarse del cuerpo, hizo una llamada telefónica, y acudieron a la vivienda Juan Andrés, Antonio Carmelo y una tercera persona no identificada (que, según las conclusiones del Fiscal, era Alberto B.J.). Los tres condenados descuartizaron entonces el cadáver, utilizando un instrumento tipo sierra, y después arrojaron la cabeza, los brazos y una de las piernas, junto con ropa de la fallecida y una camiseta blanca, a un contenedor de basura de la calle Albareda de Las Palmas. El tronco y la otra pierna fueron abandonados días después en la calle López Socas. La Audiencia ha considerado que los forenses no han podido determinar si la muerte se produjo a consecuencia de los golpes infligidos por Eufemiano o a consecuencia de la decapitación (de la que serían responsables los tres encargados del descuartizamiento). Por ello, se inclina hacia la tesis más favorable para los acusados y condena al sadomasoquista por un delito de homicidio y a los otros dos hombres por encubrimiento. En cuanto a la absolución del cuarto acusado, el Alto Tribunal consideró que no quedó probada la participación de Alberto en los hechos, ya que nadie le reconoció de forma directa y se le relacionó inicialmente con el caso debido a su amistad con Eufemiano. Asimismo, la sentencia señala que "las conversaciones telefónicas de las que se deduce que conoce el hecho (extracto de la Policía) no han sido adveradas por la fe judicial". Eufemiano, Juan Andrés y Antonio Carmelo estaban privados de libertad provisionalmente desde el 13 de diciembre de 2002 y Alberto estaba actualmente en libertad provisional, tras haber estado encarcelado entre el 13 de diciembre de 2002 y el 28 de julio de 2003. Las Palmas celebra el juicio de la prostituta decapitada (Adegüello, noviembre 2004) Sentencia íntegra publicada en el diario Canarias 7 ( Archivo .pdf ). El "Loco del Martillo" confiesa siete crímenes Esther. Una tarde de diciembre, Fidel Nina Mamani fue a comprar herramientas de segunda mano a casa de Alex Maquera, un estudiante de medicina de 25 años, en Tacna (Perú) y nunca regresó. Su esposa avisó a la policía esa misma noche. Los agentes fueron a interrogar a Maquera y se lo encontraron con un cuchillo, un machete, un afilador y un martillo. Tras registrar el domicilio, encontraron también el cadáver del desaparecido. Maquera confesó que atacó al comprador con un martillo y que después lo estranguló para robarle. Cuando llegaron los policías se disponía a descuartizar el cadáver.
Haciendo, una vez más, alarde de su enorme consideración, esperó a que amaneciera y entonces atacó a cuchillo y martillo a todos los sobrinos y a la niña, a la que además violó mientras agonizaba. Después, contrató a unos obreros para que cavaran una fosa y allí enterró los seis cadáveres. También se ocupó de escribir cartas a otros familiares haciéndose pasar por su hermana para ocultar su desaparición. La policía sospecha que puede ser el autor de otros crímenes. |
www.adeguello.net
|
revista
bimensual de crítica de crímenes
|
número
7- enero 2005
|
próximo
número marzo 2005
|
||
©
E.Cordeiro. 2003
|