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/ revista
bimensual de crítica de crímenes / número 2- marzo
2004
Nuevas
tendencias
La compraventa
de esclavos del siglo XXI
Esther.
Canibalismo, esclavitud, eyaculaciones en la cara de menores... Los juristas
van a tener que empezar a actualizar el Código Penal con los nuevos
y viejos delitos que se están poniendo de moda últimamente.
La Guardia Civil detuvo
en enero a dos rumanos en Simat de la Valldigna (Valencia, España)
por la compraventa de una niña de 15 años como esclava. La
operación comercial se gestó en Rumanía. El padre de
la menor acordó vendérsela a un compatriota a cambio de un
televisor y 500 dólares USA (unos 400 euros). El comprador se la
trajo a Simat, donde reside con su mujer y sus dos hijas. La niña
no podía salir de casa y la obligaban a hacer las tareas domésticas
y a cuidar de las dos hijas del matrimonio.
Más tarde el padre de la menor se trasladó a vivir a Sevilla.
El pasado 19 de enero fue a casa del comprador, intentando recuperar a su
hija, porque le habían pagado el dinero acordado, pero no le habían
dado el televisor. El comprador se negó a devolverle a la niña,
y el padre lo denunció a la Guardia Civil por secuestro. Los agentes
descubrieron la repugnante historia, y la menor ha sido internada en un
centro de acogida de la Generalitat valenciana. Los dos hombres han quedado
en libertad provisional a la espera de juicio, el padre está acusado
de tráfico de seres humanos y negligencia en la custodia de su hija
y el comprador de detención ilegal y coacciones. Paradójico
¿no? La niña encerrada y los presuntos vendedor y comprador
de esclava en libertad.
La esclavitud se extiende
por Europa
Y no es un caso aislado. En Gran Bretaña, por ejemplo, se han detectado
en los últimos años numerosos casos de niños esclavizados
dentro de su territorio. Normalmente las operaciones de compraventa se realizan
en los países de origen de los menores. El comprador introduce a
los niños ilegalmente en el país alegando ser su padre. A
los menores se les obliga generalmente a trabajar como criados y/o esclavos
sexuales.
El primer caso británico se reconoció oficialmente en 1995.
Victoria Climbié falleció malnutrida tras meses de estar sometida
a abusos físicos por parte de su tía abuela que ejercía
de 'ama'.
A algunos también se les tortura como es el caso de un niño
de once años de Bangladesh. Sus 'propietarios' le pegaban, le daban
baños fríos, descargas eléctricas y le dejaban atado
a una silla, en Londres. En septiembre del 2003 tuvo que ingresar en el
hospital por los golpes infligidos con una tabla de cocina y se descubrió
la historia.
De momento se han registrado más de 250 casos de tráfico de
niños en el Reino Unido. Según el informe 2004 de Unicef sobre
el estado mundial de la infancia, más de un millón de niños
son víctimas de la trata de seres humanos en el mundo.
Por otro lado en Galicia, el gobierno autonómico ha detectado la
existencia de subastas organizadas por prostíbulos para la compraventa
de lotes de mujeres inmigrantes. Las mafias utilizan este sistema para evitar
que las mujeres se queden demasiado tiempo en un mismo sitio y puedan llegar
a intimar con un cliente que las ayude a escapar, según la Xunta.
La consellería de Familia ha detectado recientemente la llegada de
jóvenes nigerianas que son compradas a sus familias en su país
de origen por las mafias, para obligarlas a prostituirse en esta comunidad
autónoma.
Tecnología
punta para el hurto en tienda
Esther.
Una nueva modalidad de robo se está extendiendo rápidamente
por España entre los chorizos de centro comercial. Se trata de robar
objetos sacándolos de las tiendas en bolsas herméticamente
forradas con papel de aluminio, que evitan que suene la alarma antirrobo
del comercio a la salida.
En Valencia detuvieron, en enero, a un grupo de ocho rumanos, de entre
20 y 29 años, acusados de hurtar con este procedimiento prendas
de ropa y relojes valorados en 3.000 euros. Ciudadanos de distintas nacionalidades
ya habían experimentado con esta nueva modalidad de hurto en Madrid,
a finales de 2003.
Cuando
no existe el síndrome de Estocolmo
Roban un cadáver y piden rescate
Pampa. El auge de los secuestros en Argentina ya empieza a ser una
marca registrada. Los hay exprés, son aquellos que duran pocas horas,
virtuales, los que no existe el secuestrado y se sorprende a la familia,
cómplices los que la víctima participa, el clásico
y ahora el difunto.
Sí, como leyó el "difunto", fue el nuevo sistema
de secuestro utilizado por un grupo de delincuentes.
El plan consistió
en robar un cadáver del cementerio municipal de Gualeguay, provincia
de Entre Ríos, Argentina, para exigir más tarde una elevada
suma de dinero a su familia para devolverlo.
El caso se inició cuando una familia muy reconocida de Gualeguay,
de apellido Campostrini, recibió un llamado extorsivo en el que le
pidieron dinero para devolverle el cadáver de un familiar, que habían
robado del cementerio municipal de esa ciudad situada a 250 kilómetros
de Paraná, capital provincial.
La familia hasta ese momento no sabía nada de la desaparición
del cuerpo, que fue confirmada por empleados del cementerio que advirtieron
que en la parte vieja del predio había una lápida removida.
Cuando la familia fue a verificar el robo del cadáver descubrió
que de la fosa familiar faltaba uno de los dos ataúdes que allí
se encontraban, aunque no era el de Lorenzo Campostrini, como dijo el delincuente
que llamó, sino el de su padre, Pablo, muerto años antes.
Tras la denuncia radicada ante la policía, y antes de que la familia
pactara un acuerdo de dinero con las personas que robaron el cuerpo, la
caja metálica que contenía los restos fue hallada por la policía
enterrada en un baldío situado a pocas cuadras del cementerio.
Los ladrones,
comentaron fuentes policiales, debieron contar con bastante tiempo para
profanar la tumba y arrastrar la caja con el cuerpo hasta el lugar del hallazgo,
donde la enterraron. Los investigadores ordenaron el traslado de los restos
a la ciudad de Gualeguaychú, a 100 kilómetros de Gualeguay,
para que sean sometidos a un estudio de ADN y determinar si efectivamente
pertenecen a Pablo Campostrini, como se cree.
Cuando se conoció el hecho, vecinos y conocidos de la familia especularon
que el robo del cuerpo podía estar ligado a un reclamo de filiación
que involucraba a uno de los fallecidos, aunque tras el llamado telefónico
realizado a la familia la pista se orientó a un delito con fines
extorsivos.
Los secuestradores a pesar de no haber obtenido su objetivo pueden tener
la seguridad de que dejaron a la familia Campostrini hecha cenizas.
La invasión de Piratas del Asfalto
Esther.
El crimen también sufre los efectos de la globalización.
Los delincuentes están muy al tanto de las novedades del mundo
del hampa y en cuanto una nueva modalidad delictiva triunfa en un país,
la copian.
Las bandas de Piratas del Asfalto se están extendiendo por todas
partes. Se dedican a asaltar y, en algunos casos, a secuestrar a camioneros
para robar la carga del camión. La policía mexicana ha desarticulado
en enero a una de estas bandas.
En México estos delincuentes suelen perseguir en otro vehículo
al camionero. Aprovechan el momento en el que éste se para -en
un semáforo- para subirse al trailer, pistola en mano. Al camionero
le obligan a entrar en el vehículo de los asaltantes, y uno de
los piratas se lleva su camión. Entonces, le tapan la cabeza y
le dan unas cuantas vueltas en coche, hasta que le dejan en algún
descampado. Después vacían la carga y abandonan el camión.
El tipo de carga les da igual: papel higiénico, aluminio, champú,
café...
Los
secuestradores cortaorejas de Valencia
En Valencia (España)
la policía detuvo en febrero a seis hombres, de entre 24 y 71 años,
acusados de secuestrar a camioneros que transportaban tabaco y de robarles
la carga. La banda, formada por tres marroquíes, dos argelinos y
un español, consiguió hacerse con un botín de 475.000
euros, según fuentes policiales. Los presuntos delincuentes tenían
un 'modus operandi' similar al de los piratas de México.
Parece que la banda española no sólo se dedicaba a los camioneros
y también están acusados de amenazar y cortarle la oreja a
un argelino que reside en Valencia. Alguien les dijo que la víctima
tenía mucho dinero escondido en su casa, pero parece ser que la información
era errónea
El camionero madrileño
desaparecido
La aparición de un camión vacío, despeñado en
un camino forestal intransitable de la localidad de Chelva (Valencia), en
enero, hizo sospechar a la policía que se había producido
un secuestro para robar la carga. Jesús Jiménez, conductor
del camión, transportaba 20.000 litros de aceite de automoción
desde Madrid a Zaragoza y Tarragona, y llevaba un mes desaparecido. Nunca
llegó a su destino y el camión apareció en una zona
que estaba a 200 kilómetros de la ruta que debía seguir.
El cadáver de Jesús apareció bajo el camión
cuando consiguieron levantarlo con una grúa. La autopsia reveló
que no existían
lesiones ajenas al despeñamiento del vehículo. Al existir
rastros de un reguero de aceite, que recorrería los 200 metros que
había entre el camión y el río Turia, la policía
cree que la muerte de Jesús fue un accidente y que los 20.000 litros
de aceite se vertieron al río por una fisura de la cisterna.
A los familiares de la víctima no les convence esta teoría.
Opinan que el accidente fue provocado por alguien que quería robar
la carga porque Jesús había visto a una persona sospechosa
merodeando cerca de su camión pocos días antes de emprender
su viaje.
La versión policial deja algunas interrogantes por resolver: ¿qué
hacía un camionero experimentado en una pista forestal de tierra,
intransitable para un camión? ¿Por qué se desvió
200 kilómetros de la ruta que debía seguir? ¿Se pueden
verter 20.000 litros de aceite de automoción en un río sin
que nadie se dé cuenta?
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